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Channel: La central hidroeléctrica de Seira ( Huesca )
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Notas sobre la historia de la central hidroeléctrica de Seira, Huesca (1)

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" Corría el año 1904 y el periódico El Ribagorzano de Graus nos traía terribles noticias: las cosechas estaban perdidas por la sequía, las viñas estaban atacadas por la filoxera y los olivos por el pedrisco que cayó en agosto. En la Ribagorza tenían que comer pan de bellotas por no tener trigo. Las familias emigraban a Barcelona, Francia y América. Muchos abandonaban sus propiedades, mal vendían el ganado, para poder llegar a Barcelona donde un jornal les permitiría dar de comer dignamente a su familia.

Las obras del Canal de Aragón y Cataluña, fuente de ingresos de muchas familias, se antojaban lejanas. Atrás, también quedaba la llegada de aquellos ingenieros, con sus largas botas y su abigarrada figura, armados de desconocidos artefactos, marcando líneas por lugares inhóspitos. Aquellos mil franceses que llegaron de no se sabe donde, en busca de trabajo y que fueron rápidamente colocados en el canal, eran ahora substituidos por los famélicos agricultores ribagorzanos que buscaban desesperadamente su sustento.

Joaquín Costa, en su último retiro, predicaba en sus artículos la necesidad de modernizarse y de aprovechar las aguas del Esera para mitigar las terribles consecuencias de las sequías con estas palabras: " Recogedme ( seguía diciendo en su infatigable canturía el río Esera ); no seáis ciegos, ni desmañados ni cobardes; recogedme a mí, recoged a mi compañero el Ara; recoged a nuestro hijo común el río Cinca; derramadnos por un sistema arterial de venas y brazales a través de vuestros campos, de vuestros olivares, de vuestras dehesas, de vuestros despoblados y páramos..."

Con este duro panorama, en estas fechas, un joven ingeniero Zaragozano llamado Francisco Bastos Ansart, idealista e inteligente, emprendió multitud de empresas en pro de su amado Aragón. Su padre también era Ingeniero, empresario y el hecho de haber cursado ambos sus carreras en el ejército, y ser militares, les había inculcado la rigidez y precisión marcial.




Francisco, en 1904, fijó su residencia en Barcelona y, quizás, algún ribagorzano emigrado, imbuido del cariño por su tierra, le contara las excelencias de sus orígenes y en una fecha indeterminada visitó el rio Esera. Las noticias de sociedad de El Ribagorzano y su curioso editor, Marcelino Gambón, no dieron cuenta de su visita. Imagino que él tampoco quería darse a conocer. Una vez de vuelta a su casa de Barcelona, maravillado por los magníficos parajes ribagorzanos, y vistas las enormes posibilidades del valle, en 1909 era el titular de la concesión hidroeléctrica junto a Eugenio López Tudela.

Francisco era un hombre muy activo, y el hecho de trabajar en esta idea no le impidió seguir con sus proyectos, tales como: diseñar ferrocarriles, dirigir minas, hacer de asesor, y participar en cuantas ideas se le ocurrían. Quizás descubriera las posibilidades del Esera camino de uno de sus proyectos en la cercana Francia, ! quién sabe ¡. Lo que sí es seguro es que era una persona muy observadora y capaz. Supo ver todas las ventajas e inconvenientes que presentaba un proyecto de estas dimensiones.



La Ribagorza, y el valle de Benasque, hasta la construcción del acceso por el Congosto del Ventamillo a comienzos del Siglo XX era un valle mal comunicado. Penosas sendas se abrían paso por los cerros y era imposible llevar a cabo cualquier empresa por liviana que fuera. Algunos viajeros, como el Conde francés A. de Saint-Saud (*), llegaron a decir: “ …los montañeses pobres de España, que viven con dos siglos de retraso respecto a nosotros. “. Este y otros problemas pasaron, más adelante, abultada factura a los constructores de la central. También la calidad de la roca, y su distribución podía ser otro problema si se debía hacer un túnel. Todo esto pasaba por la cabeza de Francisco cuando intentaba hacer su proyecto de aprovechamiento Hidroeléctrico del río Esera. Estudió, también, la posibilidad de hacer varios saltos con la intención de aprovechar la línea de transporte, de 60.000 voltios en el proyecto original, que llevaría la fuerza a Barcelona.

Las experiencias en el transporte de la energía eléctrica a larga distancia no habían hecho más que empezar. Primero en Alemania, Marcel Deprez, en 1882, llevando la electricidad de Miesbach a Munich – 57 kilómetros -, con ocasión de la feria de electricidad de esa ciudad. La obcecación de Edison, en Estados Unidos, y las grandes empresas europeas, en el uso de la corriente continua, retrasó el uso de la incipiente corriente alterna y no fue hasta la instalación de la central de Niagara Falls cuando despegó su uso.



En Aragón primero fue la Compañía Aragonesa de Electricidad con la traída de fuerza del molino de San Carlos a Zaragoza – tres kilómetros -, segunda experiencia mundial – según algunos autores - tras la de Lausen-Frankfort, o la innovadora central de Carcavilla, propiedad de La Teledinámica del Gallego, que aquel 24 de agosto de 1904 a las 19 horas y 7 minutos llevó la electricidad, “ sin interrupción ni contratiempo de ningún género “, a Zaragoza.

Los problemas de las grandes ciudades, la competencia de las novedosas empresas eléctricas con las gasistas, y las novedades en el transporte quedaban lejanos. Los propietarios de los molinos harineros, junto a algunos instaladores eléctricos, habían buscado una segunda utilidad para sus molinos, faltos de actividad, con el fin de buscar una rentabilidad perdida. Algunas villas, como Graus, se adelantaron - al disponer de centrales cerca del núcleo urbano - a otras ciudades más grandes, y la Eléctrica de San Vicente Ferrer, con su turbina de 40 caballos, y dinamo de 15 kw alimentaba 200 lámparas en 1903. Pero esa, es otra historia.



Francisco colaboró con la empresa M. Bertrand e hijo, de Barcelona, como ingeniero asesor, y les vendió las concesiones del Esera. Bertrand e hijo, Central Catalana de Electricidad y la [ Sociedad Catalana para el Alumbrado por Gas ] *** formaron la Sociedad de Fuerzas Hidroeléctricas, SGFH, en 1911, con un capital de doce millones de pesetas. Más tarde, la Sociedad Catalana para el alumbrado por Gas compró a Lebon – de Central Catalana – sus derechos y formó Catalana de Gas y Electricidad, CGE.

CGE inició su andadura espoleada por la competencia del ingeniero canadiense F.S. Pearson, y su empresa Riegos y Fuerzas del Ebro, RFE. Pearson no estaba muy convencido de la viabilidad de su proyecto en Cataluña, pero una visita junto a su amigo e ingeniero Carlos Montañés le hizo ver el futuro de la misma. La lentitud de las obras de CGE y su endeudamiento, la relegaron a un puesto secundario en el mercado catalán en el que RFE era el líder indiscutible.

Bastos había calculado en su proyecto un coste para el salto del Run de 2.272.000 pesetas para la instalación hidráulica, 1.620.000 pesetas para la mecánico-eléctrica y 5.026.000 pesetas para la línea de transporte. Todo el proyecto, incluido el salto de Santaliestra, imprevistos, y direcciones, sumaba 15 millones de pesetas (**).

Francisco se dedicó a otras actividades, entre ellas a la política y fue diputado por Boltaña - el primer diputado regionalista - . Entre las subvenciones que consiguió para las mal equipadas escuelas, figura curiosamente Seira como primera de la lista.



Para hacernos una idea del incipiente proyecto, tenemos la suerte de contar con un narrador de excepción, el fotógrafo Manuel Arribas. Con sus fotografías, que acompañan este artículo, nos iba plasmando los inicios de las obras de CGE en ****.

Continuará…

Por José Antonio Cubero Guardiola
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Notas no incluidas en su publicación por falta de espacio en la revista:

La fotografia de Francisco Bastos Ansart, única que conozco, está sacada de:
CASTAN PALOMAR, Fernando, Aragoneses Contemporáneos 1900-1934, Ediciones Herrein, Zaragoza, 1934. p.80

(*) LASAOSA SUSÍN, Ramón; ORTEGA, Miguel. El sistema hidroeléctrico del Cinca: cambios paisajísticos y humanos. Encuentro sobre Historia y Medio Ambiente (2º.2001. Huesca). 2001, p. 256-272

(**) BASTOS ANSART, Francisco. El grupo de saltos de agua del río Esera y la traída de fuerza hidroeléctrica a Barcelona. Barcelona, abril, 1912, 43 pp. Gentileza de Anna Bragulat de la Fundación Gas Natural.


Este artículo se publicó en el número 2 de la revista " Els tres llugaróns ", Abi, Seira y Barbaruens, editada por las asociaciones culturales de dichos pueblos en diciembre de 2008.

(***) 20091004 Modificación de un error localizado por Anna Bragulat - Gracias -

(****)20111217 La fecha de "los inicios" -que no el inicio- de las obras que aparecía en este artículo era 1914 y la puse siguiendo el estado de las obras que aparecían en las postales el día que las realizó el fotógrafo -Arribas- al compararlas con las postales de las obras de Catalana. En ningún momento pretendí asegurar, de manera taxativa, una fecha, entre muchas otras razones, porque no la sabía. Por eso, para acotar en el tiempo dichos trabajos, puse la fecha como orientación. Tiempo después he encontrado imágenes que, anteriores a esta fecha, nos confirman que las obras, de manera puntual realizando obras auxiliares, comenzaron antes -agosto de 1912- y ya en 1913, desde el mes de mayo, se comenzaron los trabajos principales.Por el estado de los lugares donde se desarrollan las mismas, parece una fecha razonable para situar el principio de las mismas. En el artículo que se publicará en diciembre de 2011 se explican estos nuevos datos.


Notas sobre la historia de la central hidroeléctrica de Seira, Huesca (2)

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" Continuando con el anterior artículo intentaré explicar algunos aspectos sobre la construcción de la central y de sus gentes.

El comienzo de las obras:

Como en cualquier obra lo primero que se hizo, además de consolidar el terreno donde se pensaba ubicar la central, con muros con sillería, fue construir un taller, fragua, y almacenes. Los situaron en las proximidades de la central y hasta no hace mucho tiempo el taller siguió funcionando con las antiguas máquinas herramientas originales, movidas por un sistema de poleas y ejes accionados por un sólo motor. Los más "viejos" lo denominaban "el taller"; "pon en marcha el taller, zagal", refiriéndose a poner en marcha un viejo motor, con arranque a resistencias y reostato, que lo movía todo y con su ruido rítmico ponía música a todas las actividades. En algunos lugares se ubicaron pequeñas fraguas y talleres, próximos a los compresores de obra, con la intención de arreglar los punteros de las brigadas que estaban perforando los túneles.



También se construyeron dos centrales auxiliares para suministrar "fluido eléctrico" a las obras. Pero ese tema lo dejo para otro artículo.

Toda la piedra se extrajo de una cantera cercana - subiendo por la carretera el ensanche a la derecha anterior al túnel del congosto - y junto a ella se ubicó un polvorín para guardar el explosivo.

También se construyeron varios edificios, al más puro estilo alpino, para alojar al ingeniero director de las obras y las oficinas de la empresa. Allí, delante de una pequeña ventana, hacían cola los obreros para recibir el sueldo.

Encontrar buenos canteros y carpinteros para hacer la central de Seira no debió ser una tarea fácil. Las obras de pantanos y centrales, en nuestra provincia y la vecina de Lérida, requerían de este especializado personal para sus trabajos. Grandes brigadas vinieron de lugares lejanos como Murcia, informados por anuncios llamativos en los periódicos, e incentivados por pagas y ventajas. De Francia también vinieron obreros, electricistas y mecánicos, agregados a las empresas de montaje de turbinas y alternadores, y muchos se quedaron moviéndose de obra en obra en aquellos años de actividad, para al final quedarse fijos en alguna empresa.

Se contrató a un Ingeniero de Caminos, entonces funcionarios, que pidió su pase a supernumerario - una excedencia para dedicarse a un trabajo privado - para poder dirigir las obras de la central: Don Federico Jiménez del Yerro. Federico Francisco Isidro Alejandro Giménez y del Yerro, según consta en el registro civil, nació en Madrid un 4 de octubre de 1874. Allí Estudió en la escuela de Ingenieros de Caminos, y no fue hasta 1904, cuando pasó de ingeniero aspirante a ingeniero del Cuerpo de Caminos Canales y Puertos con categoría de oficial segundo.


Como cualquier Ingeniero de la época estuvo en multitud de destinos, unos públicos y otros privados; la Jefatura de Palencia, la Compañía Leizarán - obras del ferrocarril de Andoain -, Jefatura de Burgos, León, la Dirección de trabajos hidráulicos del Duero, y otros muchos, hasta que el 13 de agosto de 1912 solicitó su excedencia para dedicarse a las obras de la central de Seira. En 1921 pidió su vuelta al escalafón siendo destinado, de ingeniero director de las obras, al pantano de Belsué. Desde entonces estuvo vinculado a puestos en la División Hidráulica del Ebro y en la recién creada Confederación Sindical Hidrográfica del Ebro, CSHE, luego un breve tiempo en los ferrocarriles andaluces, y más tarde en Madrid donde se jubiló el 4 de octubre de 1944.

Junto a D. Federico, en el cargo de jefe de los servicios hidráulicos de C.G.E., en Barcelona, estuvo el también Ingeniero de Caminos, Diego Mayoral Estrimiana, Gaditano, del Puerto de Santa María, presente "en trabajos durísimos, principalmente en el periodo 1911-1929 en los altos Pirineos de Huesca y Cataluña". Diego Mayoral visitó frecuentemente las obras de la central y aparece en todos los asuntos relacionados con las instalaciones de la Catalana en la zona. Estuvo desempeñando, por su experiencia en el sector, importantes cargos en el Ministerio de Obras Públicas hasta su jubilación en 1941.


La documentación fotográfica de las obras:

Todas las obras de la época contaban con un servicio fotográfico que documentaba la evolución de las mismas, pero la construcción de la central de Seira tiene un hecho diferencial y excepcional. Esas colecciones fotográficas privadas, en ocasiones públicas en pequeñas colecciones – en forma de postales - , en el caso de Seira fueron de unas dimensiones únicas ( no se conoce colección similar ).

Los datos de las dimensiones y características de las ediciones públicas de otras obras son muy difíciles de localizar, pero conocemos los de otro caso coetáneo; las obras del Pantano de la Peña en el rio Gallego.


Severino Bello Poëyusan, Ingeniero director de la obras, prolífico escritor, y más tarde Director del Canal de Isabel II, nos cuenta interesantes datos de la evolución de la obra, y resolución de problemas que se les presentaron.
En el tema de la fotografía nos relata: "Un perito electricista de las obras hizo rápidamente el aprendizaje de la fotografía necesaria a nuestro objeto de demostración y publicidad. Una modesta cámara oscura se montó en un rincón del almacén general. Las vistas de las obras coleccionadas hasta ahora son 224 de 13x18, y de ellas se han repartido 28.560 ejemplares. Con las más características se forma una colección de postales-fototipias, que al presente consta de 84, y de las cuales van tiradas 99.000 tarjetas, repartidas ya en su mayor parte."


En Seira se hicieron varios miles de clichés de las diferentes obras y de ellos se seleccionaron 427 - que se conozcan -, y se llevaron a cabo tres ediciones en forma de postales-fototipias, dos de ellas sin datos ni imprenta y una realizada por la Fototipia Brunner de Zurich, que nos narran, mediante sus imágenes, la secuencia de las obras. Gracias a ellas y a los datos que aportan, podemos tener una visión excepcional y única. También podemos trazar la cronología y evolución de los diferentes trabajos que se realizaron en un lapso de tiempo "muy breve".


La serie de postales de Seira fue extraordinaria en cantidad, aunque no en calidad - desgraciadamente - porque eran fototipias. Otras obras hicieron series "fotográficas" que con su nitidez y resolución nos permiten ver todo tipo de detalles.

Para poder realizar todos los trabajos fotográficos se habilitó una zona, una vez terminada la central, y allí se hicieron todas las copias a papel de los negativos, que en este caso eran de cristal, y en algunas copias podemos apreciar alguna rotura de los mismos. Según un número de orden que aparece en las postales se hicieron aproximadamente 1300 negativos en el tiempo que duró la obra de Seira.

Continuará…

Por José Antonio Cubero Guardiola"

Este artículo se publicó en el número 3 de la revista " Els tres llugaróns ", Abi, Seira y Barbaruens, editada por las asociaciones culturales de dichos pueblos en julio de 2009.

Este artículo es la segunda parte de:

Notas sobre la historia de la central hidroeléctrica de Seira, Huesca (1)



La central hidroeléctrica de Seira y la razón de ser de este blog

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Este modesto blog, su autor, y sus artículos, pretenden homenajear a todos aquellos que, con su trabajo, consiguieron construir esa maravilla de la tecnología que es la central de Seira.

A todas aquellas personas que vinieron de lejanos lugares de España y del extranjero, e incluso a aquellos que dejaron sus vidas en las obras, están dedicados todos los esfuerzos del autor por recopilar la información que existe sobre dicha construcción.

Toda la información que aquí se presenta es opinión del autor, y puede incluir de manera involuntaria errores. Cualquier comentario será bien recibido y el autor está abierto a incluir artículos de otras personas, imágenes, o cualquier tipo de información que se le envie sobre dicho tema o esté relacionado con la historia de la hidroelectricidad en el Altoaragón.

También desearía dedicar todos mis trabajos a todos aquellos que han colaborado conmigo de cualquier manera; contándome historias, anécdotas, compartiendo sus recuerdos, sus imágenes.

No podría dejar de citar a Joaquín Costa, luz, guía, y motivación de algunos de mis pensamientos. Sirvan estas modestas notas para agradecerle sus ideas y su forma de ser, verdadero ejemplo para todos los altoaragoneses.



La colección de postales de Catalana de Gas y Electricidad y la Fundación Hospital de Benasque

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La Fundación Hospital de Benasque ha abierto recientemente una web muy trabajada, y llena de contenidos interesantes. Esta web, en primer lugar, informa de todas las características de las misma, intenciones, componentes, etc. Luego nos muestra, en una cuidada presentación, los fondos que han ido recopilando en el tiempo que lleva funcionando. Es digno de admiración todo el trabajo realizado para digitalizar este gran volumen de información e imágenes. Allí podemos encontrar el resultado de una laboriosa tarea de recopilación en archivos y colecciones privadas sobre el Hospital de Benasque y su zona.

Entre semejante cantidad de información tenemos - en el apartadofondos / postales / autores españoles / Catalana de Gas - la colección de Catalana de Gas y Electricidad. Allí podemos disfrutar - gracias al trabajo de Jorge Mayoral - de todas las imágenes disponibles, en todas las ediciones, de las postales de dicha colección. Reseñar que junto a la colección del Hospital han colaborado varios coleccionistas particulares para completarla.

Según la clasificación de Feliu Izard - uno de los coleccionistas colaboradores - , existe una serie " 1 s/n", la " 2 ", y la " 1ª bis", para las postales entre la 1 y la 50.



La serie " 1 s/n ", las imágenes llenan la postal y tienen en rojo encima de la imágen, primero
"CATALANA DE GAS Y ELECTRICIDAD, S.A.", OBRAS DEL SALTO DE EL RUN ( PROV. HUESCA ) y luego el título, es la serie más interesante, estéticamente, a mí opinión.



La serie " 2 " tiene la imágen enmarcada - con lo que pierde información - y en rojo en dicho marco, en el lado izquierdo, "CATALANA DE GAS Y ELECTRICIDAD, S.A.", OBRAS DEL SALTO DE EL RUN ( PROV. HUESCA ), y el título de la imagen en cualquiera de los tres lados restantes. En la parte posterior aparece el número "O.R" y un número de serie.

Los números de relación de la colección de postales aparecen en la serie 2 y la 1ª bis, y en la " 1 s/n " no aparece ninguna numeración. Junto a ese número de relación aparece un número "O.R." que - supongo - corresponde a " Obras Run", que es la numeración de todas las imágenes que se tomaron en la construcción. Lógicamente al existir más imágenes que postales hay saltos en la numeración.




La serie " 1ª bis " aparece la imagen llenando la postal en sepia, un anagrama circular de CGE y el título en negro en el interior de una zona donde se ha eliminado la imagen. Detrás el número "O.R." y el de serie. También " Fototipia Brunner y Cia., Zurich (Suiza)", único dato sobre el origen, de la imprenta o editor, de toda la colección. Después de estas rarezas la colección continua solamente en esta serie, con las mismas características, eliminando el "bis" a partir de la 51, inclusive, hasta la número 236.


Es a partir de la 237, inclusive, cuando la colección se divide en dos ediciones, una continua como la serie " 1ª bis " y aparece otra que Feliu denomina " s/n Br ", " sin Brunner ", con una fea franja lateral, el anagrama circular de CGE, seguido del título, un color más marrón, cambia la tipografía y hasta la número 381, inclusive, continua así.

De la 381 en adelante hasta la 427, última conocida, solamente sigue el tipo " 1ª bis ".

La calidad de las imágenes no es mala, pero - desgraciadamente - no es fotográfica. La fototipia es el método más frecuente en esa época para la edición de postales. El diccionario de la RAE, en su primera acepción, nos define fototipia como: " 1. f. Procedimiento para reproducir clisés fotográficos sobre una capa de gelatina, con bicromato, extendida sobre cristal o cobre. 2. f. Arte de estampar esas reproducciones. 3. f. Lámina estampada por este procedimiento. ".

Otras ediciones de obras hidroeléctricas, Capdella por ejemplo, con su calidad fotográfica - tipo gelatino-bromuro - y su brillos típicos, nos permiten hacer ampliaciones mucho mejores y poder observar detalles increíbles.

Pero en cualquier caso lo mejor es hacer un viaje por las obras a través de las postales ; es una experiencia única y muy recomendable, ! A disfrutar ¡.

[ 20091004 Modificación de los links de la Fundación Hospital de Benasque. Ya está en la dirección definitiva ]

Las imágenes de la central de Seira / La web del Colegio de Ingenieros Industriales de Aragón y la Rioja

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( Alternador número 1 )

La rutina nos impide, muchas veces, valorar lugares, paisajes e incluso nuestro lugar de trabajo. El tiempo, una visión diferente, o la falta de esas sensaciones nos recuerda esos rincones que tantas veces hemos recorrido y vistos así nos parecen hasta interesantes.


( Interruptores BBC de 110 kV de gran volumen de aceite )

Los fotógrafos suelen tener una visión peculiar a través de sus cámaras y, algunos elegidos, tienen la habilidad de mostrarnos lo normal como algo especial y poner en valor esos rincones que nadie había mostrado.

( Tubería para alimentar los grupos auxiliares )

Hace unos años hubo una visita en la Central de Seira del Colegio de Ingenieros Industriales de Aragón y la Rioja y un tiempo después apareció una decoración nueva en su página web. Como intentaba explicar antes, el punto de vista bajo el que podemos ver la Central de Seira es, a mí opinión, muy interesante y merece la pena visitar la web para poder ver esas imágenes.

( Interruptores de baja tensión para acoplar los alternadores de los grupos auxiliares )

Algunos rincones que muestran son sorprendentemente coloristas y, vistos bajo su objetivo, ganan en vida e interés. He puesto las que más me gustan - si las marcamos con el ratón se agrandan - pero no están fijas en una página en concreto, van cambiando según navegas, por eso he puesto el enlace del colegio y paseando entre sus páginas podremos verlas.

( Cuadro de herramientas de las turbinas Escher Wyss, Zurich )

Un título nos permite reconocer los diferentes elementos y, en algunos, valorar su singularidad.

También existe una galería de fotos donde podremos ver la central el día de la visita. ( actualmente ese enlace no funciona )

Notas sobre la historia de la central hidroeléctrica de Seira, Huesca (3)

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"La importancia de los pequeños detalles

Vicente, un anónimo trabajador de las obras de la central, no se hubiera podido imaginar que sus notas manuscritas a su novia Adelaida, en una postal, explicando la ubicación de todos los puntos de su interés, llegarían a servir para descubrir el uso de algunos edificios.

Aquel invierno de 1914, “nevando copiosamente” según las propias palabras de Vicente, nos muestra en sus notas, las actividades que iba realizando: “la iglesia que pintamos”, “el mesón donde pasamos algunos ratos”, o “el café donde vamos los domingos”. Es una sencilla y descriptiva enumeración de actividades humanas: donde vivo, donde duermo, donde como y donde trabajo.



Tengo que agradecer a Feliu Izard, amigo, coleccionista y gran conocedor de las postales de Catalana, la amabilidad de prestarme estas postales para poder compartirlas en este relato. Él también es, como yo, un enamorado de las obras hidráulicas.

Hay multitud de edificios que se levantaron durante las obras, y luego fueron derruidos o desmontados. El invernadero, por ejemplo, pasó a ser el laboratorio que durante años estuvo en el interior de la Subestación. De alguno de ellos conocemos su utilidad, pero de muchos otros no. Esta imagen nos permite darle a algunos lugares nombre y utilidad.

Es muy difícil, hoy, encontrar alguna persona que, por su edad, pueda ayudarnos a reconocer o darnos pistas sobre algunas incógnitas que nos surgen sobre semejante obra; los nombres de las personas que aparecen en las postales, las utilidades de ciertos aparatos. Es una ardua labor que, muy de vez en cuando, se ve recompensada con hallazgos como éste y el que os voy a contar a continuación.

María Pilar Jiménez

Hay personas que, por su carácter, su personalidad, e incluso por su inteligencia, irradian una energía que, unida a su fino sentido del humor, convierte los grandes problemas personales y físicos en algo intranscendente y banal; estoy hablando de María Pilar Jiménez. La hija de D. Federico, a sus 89 años, tiene una cabeza perfectamente lúcida y una memoria que muchos quisiéramos tener.

Las dificultades para encontrar a la familia de D. Federico Jiménez del Hierro, tras años de búsqueda, tuvieron un final inesperado y agradable al encontrar a su hija María Pilar. Rafael, hijo de María del Carmen y nieto de D. Federico, me puso en contacto con ella. Hubiera querido marchar, con lo puesto, rumbo a La Granja, donde estaba pasando el verano, para poder conocerla. Al final no pude ir por cuestiones de trabajo y, por teléfono, hablé con ella. Me pareció algo difícilmente explicable pero maravilloso.

Rafael me comentó que ella nació en Monzón y me quedé de piedra. ¿En Monzón? Ella con sus padres estuvo viviendo allí, en la casa que viviera Joaquín Costa, al terminar las obras de Seira. Sin pensarlo cogí la cámara y me dirigí a la iglesia para intentar conseguir su partida de nacimiento y allí, mirando en el año 1920, encontré sus orígenes: "una niña, nacida, según dijeron, a las cuatro cuarenta y cinco del día tres de los corrientes, a quien puse los nombres de María del Pilar y de la Cruz, hija legítima de D. Federico Jiménez del Hierro".

Un lluvioso día de septiembre tuve la oportunidad de conocerla en su casa de Madrid y, allí, bajo los tristes ojos de su perrita que he olvidado como se llama, estuve compartiendo con ella momentos de una vida intensa y plagada de recuerdos.

[ 20100121, La hija de María Pilar, Pilar, me dijo el nombre de la perrita: Nuska ]

Sus vacaciones - de seis meses - en Seira, donde su padre tenía el derecho de "conservación". Luego en Huesca, en el Pantano de Belsué, donde su padre era el Ingeniero Jefe, paseando en barca con sus hermanas por aquellas tranquilas aguas. "Me críe como una cabra", me decía divertida, hablando de sus estancias en aquella solitaria casa. Cuando nos despedimos, tras haber hablado con ella más de dos horas, escribí: “Salgo a la calle y la lluvia cae fina sobre mi cabeza, pero no me mojo, estoy en un sueño. He retrocedido noventa años en la historia, es increíble. Gracias Pilar”.

[ Mientras estaba editando este artículo hablé por teléfono con Pilar y me dijo; “ se ha muerto mi perrita”. Aquella mirada perdida escondía la tristeza de quien intuye el final y, tras más de 11 años haciéndole compañía, sabe que va a abandonarla. ][*]

Pilar, con su memoria, recordaba el nombre de la esposa de Diego Mayoral; Carmen. Las dos esposas, de los dos ingenieros, se llamaban igual y dieron el nombre y la advocación de la iglesia. Con sus hijas jugaba Pilar en aquellos interminables veranos en Seira, hospedados en su casa, en “el chalet de Don Federico”, lo que es, actualmente, el Albergue Ventamillo.



Inauguración de la nueva iglesia en Seira

Para cubrir las necesidades religiosas, Catalana de Gas y Electricidad edificó la iglesia, bajo la advocación de la Virgen del Carmen, y el 16 de julio de 1915 se desplazó el “Ilmo. Obispo de Barbastro Dr. Badia” para inaugurarla oficialmente con ocasión de las fiestas. Seira lo recibió con toda la Colonia y el Centro engalanado con flores, orlas y carteles. Una procesión con la virgen, desde el chalet de Don Federico - presidida por el Obispo - por las calles, terminando en la nueva iglesia. Allí celebró misa el Canónigo y Secretario del Obispado, Juan Castellá, siendo padrino Diego Mayoral, Ingeniero Jefe de CGE y madrinas, la esposa de éste, Carmen y la esposa de D. Federico Jiménez, Carmen González de Jiménez. De esta inauguración se hizo eco la revista religiosa “La Hormiga de oro”, que en sus páginas nos relata, adornada de algunas imágenes, este importante evento.



Para poner el toque musical estuvo la Banda de Música de Tamarite y " se disparó un castillo de fuegos artificiales". El Ribagorzano de Graus, habla de las "brillantes fiestas religiosas y profanas que han producido la alegría y animación de aquellos pintorescos contornos" y enumera los actos celebrados en ellas: "conciertos, corridas de sacos, cucañas, rondallas, fuegos artificiales y otros espectáculos variados y amenos".


El Círculo Instructivo y Recreativo

Para entretener los ánimos de los obreros y de todo el personal, se hizo - en tiempo récord - un edificio para el ocio; el actual Centro Recreativo de Seira. Según las imágenes, las 32 personas, que se pueden contar en la fotografía, hicieron el milagro de construir el edificio en… ¡nueve días!, incluido el tejado que es, sencillamente, perfecto. La cantidad de obreros en las obras, alrededor de dos mil, según algunas fuentes, y el suministro de materiales - básico para llevar un ritmo continuado -; piedras, madera, y cal, entre otros, permitía un avance espectacular de las obras. En algunas fotografías, sobre todo en las obras del canal, se pueden contar más de cincuenta personas trabajando al mismo tiempo, sin tener en cuenta los animales, vagonetas y elementos auxiliares.



Se instaló una máquina de cine y desde la central, mediante cables, se traía la corriente continua que alimentaba la lámpara de arco voltaico. “Por cinco céntimos te daban una gaseosa de aquellas de bolita, que se metía una bolita para adentro, y ponían películas de Charlot”, recordaba Pilar de aquellas tardes de su infancia en el Círculo.

El edificio del Círculo Instructivo y Recreativo, CIR, albergaba en su sótano el horno de pan. Las escasas infraestructuras de la zona se quedaron pequeñas ante semejante avalancha de obreros. Años después de terminar las obras, en aquel lugar, Jesús Guillén puso la “fábrica” de gaseosas y sifones que llevaba su nombre.

La Serrería, el taller de ferralla, la fábrica de ladrillos y la de tejas

Para manipular toda la madera, empleada en andamios, vigas y túneles, se instaló una serrería. En la fotografía del taller de ferralla, cercano a la misma, además de los medios de trabajo para manipularla, podemos ver la vestimenta típica con el calzón de la época y abarcas, que algunas personas de las obras utilizaban.



No se disponía de fábricas de ladrillos ni de tejas en muchos kilómetros y en la misma explanada se instaló, bajo un sencillo tejado, una máquina para fabricarlos. Las tejas también se fabricaron en Seira, en algún lugar desconocido. En la imagen podemos ver a dos operarios en el proceso de prensado, y a su lado, en la derecha, las terminadas.



Imagen gentileza de María Pilar Jiménez / Javier Mateos

Agradecimientos


Desde aquí quiero aprovechar para agradecer la ayuda y colaboración que me han proporcionado muchas personas, que por espacio no puedo enumerar. A todas ellas, gracias.

Para todos aquellos que no puedan seguir los artículos se ha creado un blog donde aparecen todos ellos acompañados de más información sobre el tema: seirapowerplant.blogspot.com

Si en alguna de las imágenes publicadas en cualquiera de los artículos, reconocieran a alguien o supieran de alguna historia relacionada con estas épocas y personas, agradecería su colaboración. Pueden ponerse en contacto con la revista o conmigo directamente, a través de mi correo electrónico: josan.1966@terra.es Gracias.


Continuará

José Antonio Cubero Guardiola
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Este artículo se publicó en el número 4 de la revista " Els tres llugaróns ", Abi, Seira y Barbaruens, editada por las asociaciones culturales de dichos pueblos en diciembre de 2009.

[*] 20100119 Este fragmento no lo puse en el artículo pero hoy hablando con Pilar, se lo he leído y me ha dicho que lo pusiera.

Venancia, un texto de María Pilar Jiménez.

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Fotografía gentileza de María Pilar Jiménez. De izq. a der.; Venancia, cocinero, criada, chófer, niñera y pinche, de excursión por Seira. ( años 20 )

Introducción al texto:

Hace mucho tiempo que le pido a María Pilar que me escriba algo sobre Doña Prima, con sus recuerdos y sus historias. Me las estuvo contando cuando me marchaba, la primera vez que nos vimos, y me supo mal que no quedaran escritas. Cada vez que hablo con ella se lo vuelvo a pedir, y esta última visita lo tenía escrito. Gracias Pilar.

A María Pilar le encanta escribir y en sus veranos en La Granja y en su casa de Madrid ha ido escribiendo historias, recuerdos y también cuentos para sus nietos. Muchos de ellos hablan de Seira, de sus veranos entre 1920 y la guerra civil cuando veraneaban allí y de los magníficos recuerdos que guarda de entonces. De ellos he elegido, con su permiso, tres que poco a poco iré poniendo en el blog.

Los textos entre [ ] son leves variaciones y omisiones de José Antonio, con la inestimable ayuda de Charo y la licencia de Pilar, para contemporizar el texto. Los textos entre paréntesis son de Pilar.

Venancia.

Venancia G., [ nació en un pequeño pueblo perdido en la ] provincia de León. Entró en casa de mis padres a los catorce años como niñera de mi hermano Pepe, recién nacido en León en el año 1906, y se fue a vivir ( malvivir ) con una sobrina suya que le sacó todos sus ahorros, en 1952, así que estuvo con la familia de la que formaba parte como una más ¡46 años¡.

Venancia no se casó, ni creo que tuviese nunca novio, pues aunque era una bellísima persona, era muy bajita y realmente fea, así que dedicó toda su vida a cuidar de nosotros. Cuando yo nací, mi hermano Pepe tenía catorce años, Carmen once y Lolita nueve, así que Venancia puso en su niña - como ella decía - todo su cariño y todo su afán, así que en los recuerdos de mí infancia, en todos ellos, está la figura de Venancia. La veo con su mantoncillo negro y la cesta de la compra al brazo. Sentada al lado de mí cama en las gripes de todos los inviernos, contándome cuentos que ella misma se inventaba o recordando cosas de cuando era ella niña en su pueblo [ ], que era muy chiquito y estaba perdido en las montañas de León. Cuando ella llegó a casa no sabía leer ni escribir pues en vez de ir a la escuela cuidaba y ordeñaba a las vacas de sus vecinos, pues en casa eran tan pobres que no tenían mas que dos cabras y un borrico en el que su padre traía la leña para calentarse en los largos inviernos cuando la nieve los dejaba incomunicados. A sus catorce años no había probado la leche ni muchas otras cosas así que lo que se hacía para desayunar era o unas sopas de ajo o unas patatas guisadas, todo ello con abundante pimentón muy picante.

Como yo de pequeña no iba casi nunca al colegio, que era de monjas y estaba al lado de casa, por las mañanas me llevaba Venancia al mercado con ella y los domingos, que en el Olimpia ponían alguna película que yo no podía ver, después de comer Venancia y yo, cuando hacía buen tiempo, nos íbamos a a pasar la tarde al convento de la Miguelas que estaba por la carretera de Barbastro. Una vez allí, mientras ella jugaba a las cartas con la hermana portera, yo me entretenía en la huerta, que era enorme, con un perro que tenían muy grande - blanco - que se llevaba estupendamente conmigo. A la vuelta a casa, ya anochecido, si el tiempo había refrescado, Venancia me cogía en brazos y me arropaba con su mantón.

Durante los tres años terribles de la Guerra Civil, que pasamos en Madrid, donde la comida no es que escaseaba sino que casi no existía. Venancia me tomó bajo su protección, pues yo a pesar de tener ya dieciséis años, seguía siendo para ella Pilarín, su niña. Ahora, recordando, al pasar de los años, me doy cuenta de que más de una vez mi ración de pan diaria - 30 gramos - aumentaba de peso y daba para unas sopas de ajo que yo egoístamente me comía sin intentar averiguar de donde habían salido ! tenía tanta hambre ¡.

Cuando yo dejé de ser una niña ( para ella ), Venancia se convirtió en la cocinera y como en Seira la había enseñado a cocinar un francés que habían traído para la casa de empleados - que era como un buen hotel -, sabía no solo cocina española sino también francesa así que en casa se comía siempre muy bien.

Al correr de los años, además de cocinera, Venancia pasó a ser como una ama de llaves que tenía toda clase de atribuciones. Mamá la daba carta blanca para la compra y para la comida. Ella también era la que traía a casa las criadas de turno cuando la que había se iba casada. Lo malo era que en cuanto mamá [le] decía que estaba contenta con la chica ella le tomaba unos celos terribles, por eso mamá se callaba y no decía ni pio.

Cuando trajo a casa a una sobrina suya a todos nos dio muy mala espina y tuvimos razón al desconfiar de ella pues cuando a los dos años de estar en casa se llevó a su tía a vivir con ella, vendió las pocas tierras que esta tenía en el pueblo, le gastó el dinero de la cartilla y [le] hizo la vida imposible hasta que murió al poco tiempo.

Fue una persona muy importante en nuestras vidas y a mí me dejó unos recuerdos tan tiernos y bonitos que aún ahora que, ya estoy vieja y cansada, me hacen llorar al pensar en ellos.

Querida Venancia, ¿ estarás en el cielo con tu cesta de la compra al brazo y tu mantoncito negro ? Creo y espero que así sea.

María Pilar Jiménez González, La Granja, 20 de Octubre de 2000.

Notas sobre la historia de la central hidroeléctrica de Seira, Huesca (4)

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El Cumpleaños de María Pilar.

El pasado día 3 de mayo cumplió 90 años María Pilar Jiménez – la hija pequeña de D. Federico -. Sigue consu buen humor y, según ella, no ha notado diferencias apreciables por ese año más. Desde aquí aprovecho la oportunidadpara desearle un feliz cumpleaños.

Las carreteras del valle del Esera.

“ El paisaje, que ya venía adquiriendo progresivamente una recia hermosura, transfórmase de súbito y alcanza una grandiosidad bárbara, al estrecharse la ruta entre erguidos peñascales de una altivez gigantesca, que se levantan en rocas casi verticales, algunas de las cuales se elevan a más de cien metros de altura” (J. García Mercadal, Del llano a las cumbres, 1923).

Muchas, y muy poéticas, descripciones se han escrito sobre la belleza del magnífico Congosto del Ventamillo, perotambién, todas, coincidían en la problemáticapara el tráfico de personas ymercancías.

Los problemas que acarreaba - por fin - parecía que se solucionarían cuando, en 1898, el día 23 de marzo a la una de la tarde, salió a subasta la obra para construir una carretera por su interior – a768.969,19 pesetas subía “el presupuesto de contrata”.

Corría el mes de mayo, del mismo año, cuando“marchaban al terreno del emplazamiento de las obras del paso del congosto del Ventamillo,… los ingenieros Sres. Sans, Soler y Moreno con el representante del contratista Sr. Gallifa, para dar desde luego comienzo a los trabajos y proseguirlos sin interrupción. “

Todos los medios de comunicación eran conscientes de la importancia del evento y podemos leer en uno de ellos: “Las comarcas de Campo y Benasque ven así satisfechas legítimas aspiraciones hace muchos años acariciadas y estériles hasta ahora.”.

Las obras estuvieron llenas de “habladurías insidiosas, …de que se pretendía demorar la ejecución de las obras “.M. Gallifa, el contratista de las mismas,tenía grandes dificultades en los trabajos “por la falta de braceros” “aun pagándoles un real más de jornal”.Y pedía por carta, al Alcalde de Benasque, “rogándole ayuda y colaboración moral, para aumentar cien peones, que el no pudo encontrar”.

61.482,07 metros cúbicos de roca dura a 2,30 pesetas el metro cúbico – la roca floja a 1,50 y la tierra a 0,70 – era necesario desmontar en el Congosto de Ventamillo, según el presupuesto de la obra, para poder atravesarlo.

El congosto de Argoné, y el de Ventamillo eran, y son, el verdadero problema de las comunicaciones del valle. Los relatos de los diferentes viajeros que a lo largo del tiempo han recorrido esta tierra permite hacernos una idea delos problemas que generaba.

En 1908, los empleados del Canal de Aragón y Cataluña queestudiaban el posible aumento de caudales, y se dirigían al nacimiento del Esera, debieron dejar el automóvil del Canal en Argoné y seguir el camino en caballerías.

En ese mismo año, también los Correos tenían que coger caballerías desde Campo pues “no existe carretera ni camino para que por ellos transiten carruajes, aunque sean de dos ruedas, desde Argoné“.

El Congosto, según la jefatura de carreteras, no se abrió al público hasta el 31 de enero de 1912.

El mismo viajero que nos describía las bellezas, también nos narra las diferentes instalaciones de las obras de catalana que se encontraba.

Durante las obras de la Central se instalaron “puentes colgantes tendidos por el río para facilitar el acceso de los obreros a los sitios de trabajo”. Asimismo, también en el Congosto, “La previsión de la “Catalana de Gas” alumbró este túnel, de trecho en trecho, con lámparas eléctricas”, como se observa en la postal de la nevada deenero de 1914.

Los medios de transporte de tracción “animal”.

CGE contrataba a cualquiera que pudiera venir con sus medios de transporte, los obreros escaseaban, los medios de transporte para las piedras de las obras,también. Amontonadas, en la cercana cantera, esperaban pacientes su transporte a los muros que subían rápidamente por la multitud de obreros que afanosamente se disponían a colocarlas.

Todos los tajos aparecen cubiertos con vías, para arrastrar, mediante animales o tiradas por los propios obreros, vagonetas cargadas de materiales.La mayoría de estas vías – sistema Decauville –, tenían en común su fácil desmontaje y transporte. Una vez terminada una obra se vendían y es habitual ver anuncios en la prensa de la época. En Seira, también es habitual ver los antiguos railes de la obra hincados para vallas, soportes y demás utilidades.


Los medios de transporte de tracción mecánica.

Pilar, recordando su infancia y los relatos de su padre, me contaba; “Hasta la construcción del Chalet [ de Don Federico ], residió en Barbastro primero y luego en Graus, donde Catalana tenía unas oficinas”.

Para los desplazamientos de la jefatura y movimientos de piezas y materiales se adquirieron varios vehículos. En algunas fotografías de la obra podemos ver algunos de ellos y como les llamaba la atención a los niños de la época que posaban orgullosos a su lado.

Un periódico, en la sección de anuncios, muestra un anuncio de un distribuidor de vehículos que,haciendo gala de sus ventas,cita: “ Han sido entregados por el Automóvil Salón, durante los últimos días, los siguientes automóviles: Un 22-36 HP. Berliet a Catalana de Gas y Electricidad, Un 26-38 HP. Minerva ( sin válvulas ) a Catalana de Gas”. En el mismo anuncio podemos leer que Francisco Bastos – exconcesionario del Salto del Run - compraba para él un Minerva de 18-26 HP.

Bastos y Cía, empresa que todavía existe en la actualidad, se constituyó el 22 de enero de 1913 como “Sociedad Güell, Bastos y Bertran hermanos” con un capital de 250.000 pesetas. Dicha sociedad es, posiblemente, la más breve del Registro Mercantil de Barcelona, pues duró 24 días.

Según nos cuenta una breve historia de la firma en su 150 aniversario; “…el Señor Barón de Güell no ha pensado jamás en practicar ni ha practicado acto alguno de gerente”. Imagino que erróneamente los otros tres socios lo pondrían en los títulos – por aquello de que invirtió en la sociedad el doble de dinero que ellos -, pero al Barón no le pareció bien.

Bastos, Bertran Hnos. y Cía, como pasó a denominarse después del cambio de nombre, se dedicaba a la venta de maquinaria industrial, especialmente la relacionada con el mundo textil. Francisco Bastos Ansart era uno de los socios de dicha empresa, entre otras de sus muchas actividades. Dicha firma de Barcelona sorprendió a la población local con los materiales que suministraba, según nos cuenta otro periódico local:

“Estos últimos días ha llamado la atención del público un magnífico tren, compuesto de un tractor á vapor y cinco vagones, que la S.A. CGE ha adquirido, para su servicio hidro-eléctrico, de la Casa BASTOS, BERTRAN Hnos. y Cª, sucesores de John M. Sumner &Cº, de esta. Como á primera prueba se hizo la ascensión del tren cargado al Tibidabo, con resultado completamente satisfactorio, á pesar del estado fangoso del camino por las últimas lluvias”


Notas necrológicas:

Comenzábamos el artículo con una noticia agradable y lo terminamos con una triste; la pérdida de “dos Eduardos”. En Gerona, en casa de su hijo Javier, falleció el pasado día 12 de marzo Eduardo Aguilar, jefe de la Zona de Seira durante más de 25 años, gran persona, altruista y muy dedicado a su trabajo. El día 20 de abril falleció Eduardo Roda, compañero de trabajo, otra gran persona también, y mente inquieta e imaginativa en todos los trabajos.

Continuará.

José Antonio Cubero Guardiola

Este artículo se publicó en el número 5 de la revista " Els tres llugaróns ", Abi, Seira y Barbaruens, editada por las asociaciones culturales de dichos pueblos en el verano de 2010.



Escher Wyss y la central de Seira (1)

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Hans Caspar Escher

La familia Escher, a la que pertenecía Hans Caspar Escher, era una de las más importantes de Zurich. Durante más de quinientos años, miembros de dicha familia de patricios, habían sido comerciantes, industriales y diplomáticos.

A Hans Caspar Escher, ingeniero e industrial, siguiendo la tradición familiar, se le ocurrió fundar un taller donde perfeccionar los telares de su fábrica textil.



Pero la historia de la fundación de esta empresa, a comienzos del siglo XIX, no fue realmente tan sencilla y Hans Caspar Escher, cambió los planes que su padre había hecho para él, y estudió Arquitectura, que era lo que realmente le gustaba. La ocupación francesa de Suiza y su actividad militar le abrieron los ojos a su verdadera vocación: crear su propia empresa textil.


En 1803 construyó su anhelado telar en la bodega familiar y 1805, junto a su padre y varios socios más, fundó, con la asesoría jurídica del banquero Salomon Wyss -que puso el segundo nombre a la compañía-, una empresa para poder mejorar los defectos que había encontrado en sus telares. Esta sociedad, en pocos años, tendría renombre mundial y fue el germen de la industrialización de aquella parte del país.


La trayectoria, a partir de esa fecha, vinculada primero a la industria textil y más tarde a la construcción de máquinas de todo tipo, revolucionó con las ideas y el espíritu de Hans Casper la construcción mecánica. Una historia apasionante que va unida indisolublemente a la evolución de las turbinas hidráulicas.

Taller de Escher Wyss en 1875

La construcción de máquinas hidráulicas comenzó con la utilización de éstas en las fábricas de papel para aprovechar allí mismo su fuerza. A comienzo del siglo XX, con el transporte de la energía a larga distancia, en sus talleres de Zurich, construyeron las turbinas de la "Canadian Niagara Power Company" de 10.000 caballos cada una - las más grandes de la época -.



Escher Wyss y la Central de Seira

Escher Wyss & Co, en adelante EW, suministró las tuberías metálicas, las tres turbinas principales -con sus reguladores e instalaciones auxiliares- y las dos turbinas Pelton auxiliares, de la central de Seira.



Catalana de Gas y Electricidad, en previsión de la ingente cantidad de material que debía recibir, construyó un apartadero en la estación de Barbastro para poder recepcionar todos los materiales y suministros que vinieron por ferrocarril.


Todos los materiales que suministró EW recorrieron el trayecto de Zurich, donde estaba su fábrica, por ferrocarril hasta Barbastro y luego en carros hasta Seira. Allí se juntaban turbinas y tuberías con otros elementos menos tecnológicos como el grano necesario para alimentar las caballerías. Todos ellos subían por los polvorientos caminos de la Ribagorza en un lento peregrinar de caballerías.



La concesión del salto del Run con sus 138 metros de salto neto y un caudal de 7 m3/s, por sus valores, sugerían turbinas Francis. Mediante una doble rueda de 1.400 mm. de diámetro y 200 mm. de ancho se obtenían 10.600 caballos de potencia. La rueda estaba fundida en bronce y la cámara espiral -el caracol- junto a los codos de aspiración están hechos en fundición. Actualmente el acero inoxidable, más resistente a la cavitación, ha “jubilado” a los viejos rodetes. Un ejemplar original lo podemos ver en la puerta del museo de la electricidad de Seira.



El 3 de febrero de 1915, según el pedido 1560 [1550 según algunos documentos], se encargaron tres turbinas que llevan el número 5476, 5477 y 5478.


Como anécdota, el encargado de colocar las letras en el molde de la fundición se equivocó en el orden de las mismas, en la número 5476, y se lee "ESCHRE WYSS".



Las dos turbinas Pelton de 600 caballos que suministró también EW se utilizaban para producir, mediante dinamos, la corriente continua necesaria para la excitación de los alternadores y la continua, necesaria para los servicios auxiliares de la central –no tenían baterías-. Mediante dos alternadores se suministraba fluido eléctrico para la central, sus edificios y, en sus inicios, para los habitantes del valle.


BIBLIOGRAFIA:

Dr. B. Fehr, y otros, ESCHER WYSS 1805-1955. 150 ans d’evolution, Zurich, 1955, 286 p. [remplace le tome 27/28 du Bulletin Escher Wyss]

NOTAS:

La imagen de
Hans Caspar Escher y del taller de Escher Wyss está sacada de la wikipedia.

Las imágenes restantes (4) están sacadas de un catálogo de la marca del año 1922.

Las imágenes en blanco y negro, mostrando detalles de las turbinas y sus accionamientos, fueron tomadas durante la modernización de los años 90.

Notas sobre la historia de la central de Seira (5).

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El cambio de la forma de vida en la Ribagorza.

"…se disponen a su recolección [de la cosecha de cereales] las mujeres y los niños, por cuanto los hombres todos salen a la tierra baja a ganar con su frente sudorosa el pan para sus esposas e hijos".


La situación económica de la época, por las continuas sequías y la perdida de cosechas, era muy mala. La economía del Altoaragón se sustentaba en el autoconsumo. Todo eran pequeños agricultores y ganaderos que malvivían con sus pequeña producción. Algunas concesiones de minas –todas ellas con nombres femeninos- se leían en los periódicos, pero casi nunca dejaron de ser más que eso y…una clara expresión del caciquismo del momento. La situación se complicaba en las zonas de montaña, allí se autoabastecían de todo y, según las palabras de un viajero de la época: Seira tenía “…riqueza en ganados, 200 en vacuno, 240 cabrío, 1210 lanar y 115 de cerda; un molino harinero capaz de 300 Kg. diarios; 13 hornos capaces para 500 Kg. diarios; una fuente ; producción, trigo, patata y judía, déficit en trigo y exceso en patata”.

Todas las zonas afectadas por alguna “gran obra” estaban a punto de realizar una transformación absoluta de sus costumbres y trabajos. Se iba a producir el abandono del patrimonio propio, por parte de los hombres, para trasladarse a trabajar a las obras y la explotación de las tierras y ganados se llevaría a cabo por las mujeres y los niños.


Huesca y la cercana Lérida gracias a la construcción de carreteras, ferrocarriles, pantanos, canales y centrales hidroeléctricas iban a aglutinar a miles de obreros venidos de todas partes de España. Los trabajadores, en grupos, se desplazaban en busca de trabajo y de unas mejores condiciones laborales. Un periódico de la época nos lo explica: " En pocos días han pasado por esta ciudad unos 200 murcianos en dirección a Capdella en busca de trabajo; daban lástima por su estado precario, tanto, que el Ayuntamiento… tuvo que socorrerles...".

Los obreros de la Catalana.

No se conoce, con exactitud, el número de obreros que pudieron trabajar en la obra de Seira, no he encontrado documentación, pero a las personas que les he preguntado siempre hablan de 2.000, aunque a mí me parecen pocos. Las cantidades son muy difíciles de conocer porque fluctuaban mucho y, lógicamente, dependían de los trabajos a realizar. En 1913 al comienzo de las obras -para hacerse una idea-, pagaban 800.000 pesetas en jornales al mes. En el verano de 1917, un corresponsal nos cuenta: “Actualmente trabajan unos 1.500 obreros, pero este número se elevará a 3.000 ó 4.000 cuando hayan terminado las faenas de recolección, que ahora están en su apogeo”.. En la Central de Capdella en Lérida, coetánea de Seira, para hacer la carretera reunieron a 3.000 personas que, en tres meses, abrieron el acceso a las obras.

Hemeroteca del Diario del Altoaragón.

El Canal de Aragón y Cataluña fue la primera gran obra del Altoaragón y allí se reunieron miles de obreros. En 1904 se iniciaron las obras del Pantano de la Peña, cerca de Ayerbe, y allí, al terminar los trabajos del canal, fueron desplazándose multitud en busca de trabajo. Mientras duraron las obras del pantano, en 1912, se iniciaron los trabajos en de Seira (S.G.F.H / Catalana de Gas ) , Capdella (Energía Eléctrica de Cataluña), Serós (Riegos y Fuerzas del Ebro) y el ferrocarril Zuera-Canfranc que complicó la estabilidad de los obreros en los tajos. Los comentarios, que corrían de boca en boca o leyendo los anuncios de la prensa, eran el reclamo para atraer a inmensos grupos que abandonaban una obra, en busca de mejores condiciones de trabajo y, por supuesto, mejor sueldo. En algunos casos tuvo que prohibir el acceso la guardia civil para evitar altercados, pues al llegar allí se encontraban con todo cubierto, y las obras no podían darles trabajo. Para evitar estos problemas, las obras empezaron a poner primas por tiempo, y enganchar a los trabajadores en los meses de verano que, los locales, empleaban para ayudar en las labores del campo. En el Pantano de la Peña, modelo de eficiencia y ejemplo de organización, tuvieron que traer canteros de Lugo.

Carpinteros de Seira. Fototeca. DPH.

En el Diario de Huesca aparece en junio de 1913 el primer anuncio, de Catalana de Gas y Electricidad, buscando “peones, carpinteros y canteros”. Como todavía no estaban terminadas las oficinas de Seira, los dirigen “a la oficina de obras de Graus” que temporalmente fue el lugar donde se organizaba todo. En esos momentos se construyen las oficinas, el chalet de Don Federico –que reside en Graus-, y los talleres e instalaciones anexas.

En Santaliestra, el carpintero le enseña a su hijo, el joven José María Aventín, las artes de su gremio, y este se sube a Seira para trabajar en las obras. En la foto podemos ver a todos los carpinteros, entre los que se encuentra José María, en una caseta de las obras junto a sus herramientas -que debían traer para trabajar- mostrándolas orgullosos. Más tarde decide aprender el oficio de ebanista en Huesca y allí se convertirá en un prestigioso profesional para, más tarde, dedicarse a la escultura.(*)


Los mineros se comenzaron a utilizar en 1916 para los casi nueve kilómetros de túnel que se debía excavar mediante compresores y dinamita. Casi todos los accidentes que se produjeron en la obra, y en otras coetáneas, fueron debidos al uso de la misma. En los periódicos de la época se buscan “mineros y peones” y más tarde “barreneros y peones”.
Pasado esta parte de los trabajos, en 1917, se buscan albañiles. Siempre, en todas las demandas, se buscan peones.

En otras obras llegaron obreros suizos, alemanes, e italianos, por la naturaleza de los accionistas probablemente, pero en Seira, siguiendo los accidentes y reseñas, la mayoría de los trabajadores eran españoles. Otros acababan en Seira por diversas circunstancias: “Ha enviado el Gobierno otra expedición de golfos, recogidos en las calles de Madrid, con la pretensión de que trabajen en las obras de Riegos del Altoaragón… muchos de ellos, ancianos e imposibilitados. Algunos de los golfos regresaron a Madrid el mismo día, y los útiles para el trabajo, en vista de los escasos jornales que se pagan en las obras de riegos, han marchado a El Run, donde les pagan más elevados jornales en las obras de la Compañía Catalana de Gas y Electricidad”.


En Seira, en 1917, aplicaron unas primas para intentar incentivar la permanencia de los obreros. Les pagaban el billete de “jornalero” desde la estación de origen a Barbastro, y el billete de autos de Barbastro a Seira y la vuelta si trabajaban 13 jornales la quincena durante tres meses. Si cumplían esas condiciones las 3,50 pesetas del jornal de un peón, se podían convertir en 4,66 pesetas.

La huelga.

En 1913 en Capdella hay una huelga, los obreros están cansados de dormir en lugares inmundos, comer mal y cobrar poco. La empresa llama a la Guardia Civil y 2.200 obreros van a la huelga. El gobernador hace de intermediario y llegan a un acuerdo. Los obreros no suponían riesgo por su conflictividad porque estaban desorganizados pero al comienzo de las obras se había aumentado la dotación del cuartel de la zona. Como todo se contaba por los obreros que circulaban entre las obras, en mayo de 1914 se declaran 300 obreros en huelga en Seira. Al anuncio se concentran las fuerzas de la guardia civil que permanecerán en la zona hasta que se soluciona el conflicto el día 21 de mayo.


Los obreros de Capdella habían mejorado mucho sus condiciones de trabajo, gracias a la huelga, pero de Seira no conocemos los motivos (**) de la misma ni el resultado de sus esfuerzos. El documento que hicieron en Capdella, tras la huelga, nos muestra los avances obtenidos, y permite conocer las condiciones de trabajo de la época.
"Cambiar la paja de los dormitorios, separar el espacio de la cocina al destinado a los dormitorios y poner, en estos últimos, ventanas" era una de las nueve cláusulas que habían obtenido.

En la época, en las obras públicas, se utilizaba la jornada “de sol a sol”, “en diciembre, desde las siete horas de la mañana, hasta las cuatro horas treinta minutos de la tarde, con treinta y cinco minutos para almorzar y una hora para comer; en junio desde las cuatro horas cuarenta y cinco minutos de la mañana, hasta las siete horas quince minutos de la tarde, con cuarenta minutos para almorzar, dos horas para comer y treinta minutos para merendar”.

Continuará.
José Antonio Cubero Guardiola


Bibliografía y notas:

(*) Lasaosa Susín, Ramón, Dos escultores ribagorzanos del siglo XX: Felipe Coscolla y José María Aventín, Graus, 2002, Lux Ripacurtiae VI, p 69-79.

Boneta i Carrera, Martí, La Vall Fosca: Els Llacs de la llum. Desenvolupament sòcio-econòmic a començaments del segle XX, Garsineu edicions, Tremp, 2003, 187p.

Las referencias a corresponsales y cifras están sacadas de diferentes hemerotecas, periódicos y publicaciones periódicas.

Este artículo se publicó en el número 6 de la revista " Els tres llugaróns ", Abi, Seira y Barbaruens, editada por las asociaciones culturales de dichos pueblos en el invierno de 2011.

(**) 20110106 Después de su publicación encontré la nota "perdida"; "Se han declarado en paro más de 300 obreros de los que trabajan en las obras de la Compañía de Gas y Electricidad del Run. Solicitan aumento de jornal. En previsión de acontecimientos se ha ordenado la concentración de fuerzas de la benemérita."

Don Federico Jiménez Fernández, un pintor de la Corte en Huesca.

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Federico Jiménez Fernández en 1907, Colección Familia Jiménez.

El Ateneo Científico, Literario y Artístico de Madrid abrió sus puertas en 1835 “imbuído del más puro espíritu romántico-liberal”. En 1903 una importante selección de los intelectuales de la época aparecían como socios, entre los que se encontraba el político Segismundo Moret, presidente del mismo y del Gobierno de España en el periodo 1905-1906. En la lista de socios, que podemos consultar en la web del Ateneo, aparece un apartado de "socios de Mérito" y allí, entre multitud de personajes conocidos, encontramos pintores de renombre como Sorolla y Madrazo. Pero es el socio número 3.480, "Jiménez (D. Federico), Pintor, Atocha, 64", la persona de nuestro interés.

Don Federico Jiménez Fernández nació en Madrid el año 1841 y se formó en la Escuela Especial de Pintura, Escultura y Grabado de San Fernando. Viajó a Paris, como otros pintores de la época, a conocer la vanguardia de aquellas fechas y ampliar su formación. Su trayectoria pictórica está principalmente dedicada a los bodegones y en especial a la pintura de animales domésticos y aves de corral. “Compró en el mercado unas gallinas y los pescados que necesitaba, los utilizó como modelos y después los llevó a la cocina para comer el día de Año Nuevo”, cuenta su nieta Pilar ante una de sus obras.

Sus cuadros de naturaleza fueron reconocidos en la época y ya en 1862 "el Estado pagó 2.000 reales" por una de sus pinturas. En 1865 la revista de arte "El Museo Universal" nos cuenta otro éxito al conseguir la medalla de tercera clase en la categoría "pintura de género". Participó en varias Exposiciones Nacionales de Bellas Artes obteniendo medallas y condecoraciones. Las exposiciones Internacionales de Bayona y Viena le supusieron nuevos premios. "En Paris obtuvo una medalla de oro" –relata orgullosa su nieta Pilar-.

Su visión de los bodegones le llevo a pintar una particular versión del "Juicio de Paris". En esta "divertida parodia" vemos a Paris y las tres bellas diosas sustituidas por un gallo y tres gallinas. (Esta obra del Museo del Prado -la podemos ver su diccionario on-line de pintores- está en depósito en el Museo Municipal de Játiva).

También tuvo interesantes incursiones en otros estilos y en el Ateneo de Madrid, en la galería de retratos, tenemos el de Don Agustín Arguelles “el divino”, ministro de Isabel II, obra que se le atribuye y ha sido recientemente restaurado. Allí, en la “Cacharrería”, podemos ver un cuadro en gran formato, de 1886, “Pájaros en la rama de un árbol” y, en otra sala, “Pavo real en una tapia” de 1880.

José Jiménez Fernández retratado por su hermano Federico, Colección familia Jiménez.

José Jiménez Fernández, Paisajista.

Federico no era el único artista de la familia, su hermano pequeño José también era pintor. Coincidieron en su formación en la Escuela de San Fernando pero José se decidió por la pintura de paisajes. Allí, un pintor hispano-belga, Carlos de Haes, estaba cambiando con sus cuadros la visión del paisajismo español y de sus discípulos, entre ellos José. De su escuela salieron importantes paisajistas como Dario de Regoyos y Aureliano de Berruete.

José es un alumno aventajado de Carlos de Haes y los tres años junto al maestro lo han convertido en un fiel seguidor de su técnica y un reputado pintor. Tras la Exposición Nacional de 1864, recibe una mención honorífica especial y un cuadro suyo pasa a formar parte de la colección del Museo del Prado. Un día sale a tomar los bocetos que, siguiendo la técnica de su maestro, deben coger en la naturaleza, parte rumbo a la sierra –cuenta 27 años- pero una pulmonía trunca su brillante futuro.

Federico se casó y tuvo con Josefa -su mujer- dos hijos; Josefina y, el 4 de Octubre de 1872, Federico. Vivían en la madrileña calle de Malasaña en el distrito de la Universidad. La pintura le permitió una vida acomodada y "alternaba la pintura de cuadros con encargos para decorar palacetes" -recuerda Pilar-.

Su hijo, Federico Francisco Isidro Alejandro Giménez y del Yerro, según el registro civil, se matriculó en la Escuela de Ingenieros de Caminos y gracias a los ingresos de su padre pudo acabar la carrera.

La familia Jiménez parte rumbo a Palencia. Todos juntos recorrerán cada uno de los destinos del joven ingeniero. El pintor ya cuenta sesenta años, los pinceles y el caballete son un entretenimiento para él.

En León, en alguno de sus largos paseos, su hijo Federico conoce a Carmen. Ella está huérfana y aunque nació en El Carpio -en la lejana Córdoba- un tío suyo la acoge. Se casan en la Catedral de León –un día a las siete de la mañana- y tienen tres hijos; José, María del Carmen y María de los Dolores. Para ayudar en las labores de la casa contratan a Venancia, una joven que les acompañará durante toda su vida.

Comenzaba el siglo, y en 1906, tras largos años de despropósitos, se terminó la obra del Canal de Aragón y Cataluña. En 1912 estaba a punto de llenarse el pantano de la Peña y, a su vez, era el comienzo de la aventura hidroeléctrica en Seira. Catalana de Gas y Electricidad, concesionaria del salto, se puso en contacto con su hijo y el 13 de agosto de 1912, tal como consta en su expediente personal, solicita el pase a supernumerario para "dedicarse a sus asuntos particulares".

“La Catalana”, como familiarmente se conocía a Catalana de Gas, construyó en el río Ésera la central Hidroeléctrica de Seira. “Don Federico”, tal como lo recuerdan en Seira, fue el ingeniero-jefe coordinando una obra que se desarrolló desde 1912 hasta su inauguración el 6 de agosto de 1918.

La familia Jiménez vuelve a trasladarse y Josefina, cuya salud es aparentemente más débil “aunque los enterró a todos” –comenta Pilar-, obliga a demorar el cambio de domicilio. Primero residen en Barbastro, para trasladarse en 1913 a Graus y, tras una breve estancia, fijar durante varios años su residencia en Seira. Allí, en las fotos de familia, lo podemos ver, con su abigarrada figura, luciendo el espeso bigote, en la comunión de su nieta. No se conocen cuadros de aquella época, seguía pintando por placer.

Las obras de Seira se acaban y tras una breve estancia en Monzón, donde nació Pilar -su nieta más joven-, la familia Jiménez fijó su residencia en el número 61 del Coso oscense. El nuevo puesto de su hijo en la recién formada Confederación Sindical Hidrográfica le obliga a recorrer las obras de los pantanos de Belsué y Cienfuens. Allí en la casa del director de las obras, en el gallinero, tenía vía libre para utilizar todas aquellas modelos y sólo con un carboncillo, en las paredes, pintaba bocetos del natural. “Venían los obreros del pantano a que les pintara en cartones y papeles algún dibujo”, recuerda Pilar.

Según su nieta pintó una particular versión de la campana de Huesca, sustituyendo los nobles por animales, pero no he podido encontrar ninguna información sobre su existencia.

En Huesca, con su gorro, su bata y su pipa escondida en el bolsillo –no le dejaban fumar-, por los largos pasillos de aquella vivienda, pasó los últimos años de su vida. Tras una mala caída falleció a los 90 años de edad el 31 de marzo de 1931.

En la Hemeroteca del Diario del Altoaragón, recientemente puesta en servicio, podemos consultar el Diario de Huesca de aquel lejano uno de abril de 1931, y allí nos informan que D. Federico ha iniciado su último viaje. Su esquela nos recuerda que era Comendador de la Real y Distinguida Orden de Carlos III, distintivo que desde 1771 premia los servicios prestados a la patria. En ese mismo periódico un artículo nos habla de su vida –el autor de la misma lo conoció en Seira- y glosa su personalidad como artista: “no experimentaba más goce que el de la Naturaleza y el de sus producciones pictóricas, acertadas y notables, y por ellas vivía apartado de toda relación social”.

BIBLIOGRAFIA:

Carlos Reyero, El valor del precio. Tasación y compraventa en el Madrid Isabelino (1850-1868), Universidad Autónoma de Madrid.

Triadó, Joan-Ramón y Triadó, Xavier, El paisaje de Giotto a Antonio López, Arte Carroggio, Barcelona 2007.

WEBGRAFIA:

Ateneo de Madrid.

Museo del Prado. Enciclopedia on-line.

Biblioteca virtual Cervantes, El Museo Universal.


Este artículo se publicó en el Diario del AltoAragón el domingo 9 de diciembre de 2011.

Me gustaría dedicarle este artículo a la nieta de Don Federico, Pilarín, que conserva su ilusión
por la viday su fino, e inteligente, sentido del humor.

Exposición “100 elementos del Patrimonio Industrial en España”, Real Fábrica de Tapices, Madrid

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La central hidroeléctrica de Seira ha sido seleccionada por TICCIH-España (The international committee for the conservation of the industrial heritage) para la exposition "100 elementos del patrimonio Industrial de España" que se inauguró el pasado día 22 en Madrid.
La exposición, que permanecerá en la Real fábrica de tapices hasta el próximo 27 de abril, se desplazará por diferentes ciudades de España.
La central de Seira, con el número 12, comparte en Aragón con las siguientes seleccionadas el privilegio de participar en esta exposición;
Fundición Averly, La fábrica de La Zaragozana, La electro-metalúrgica del Ebro (Sástago), La fábrica de harinas Polo, La fábrica de cementos Portland (Morata de Jalón), La fábrica de material eléctrico GIESA y el paisaje minero de Val de Ariño (Teruel).

Fotografía de la parte de los elementos de Aragón sacada del blog 100 elementos del patrimonio industrial de España.)

Página de TICCIH-España

Blog de la exposición “100 elementos del Patrimonio Industrial en España”

Lista de los 100 elementos del patrimonio de España (sacada del tríptico de la exposición)

Mariano Lacambra Marín, un barbastrense polifacético.

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Mariano Lacambra Marín, carboncillo de Tomás Fierro. Gentileza de Toni Buil.


Muy buenas tardes a todos.


Resumir la vida de una persona en tan breve tiempo es complicado pero, en cualquier caso, deberemos intentar contextualizarnos con la época, cerrar los ojos e imaginarnos como era la situación de nuestros antepasados para poder entender donde se desarrolló su vida y obra.

El siglo XIX fue un siglo de penurias; las guerras contra los franceses, las carlistas, la pobreza de la población y las sequías y enfermedades. También fue una época de cambios políticos. En 1833, por ejemplo, con la nueva organización de España por provincias y la rivalidad que surgió entre Barbastro y Huesca por la capitalidad.

La vida diaria.

En todos los lugares de España se tenían algunas costumbres que no eran muy saludables ni higiénicas. Como no había desagües se tiraban las “aguas” a la calle. El Coso barbastrense era de tierra y, para remediar el asunto, se construye una alcantarilla bajo el mismo. Novoa nos describe el cambio: “la que a principios de 1847 era una calle casi intransitable fue al final de 1848 la mas capaz y hermosa de la ciudad”

Algunas enfermedades eran bastante más frecuentes de lo que nos imaginamos. En 1855 el cólera arrasa la población y en pocos días se contaban 600 fallecidos.

La mayoría de las personas, un ochenta por ciento, eran analfabetas. La burguesía barbastrense era la clase privilegiada y los propietarios de casi todo.

En 1843 aparece el primer periódico publicado en Barbastro, llamado “La Atalaya de Aragón”, gracias al alto nivel económico de los burgueses de la ciudad y a la necesidad, como único método en aquella época, de informar y difundir las ideas políticas y religiosas.

D. Mariano.

En el popular Entremuro a las siete y media de la tarde, el 18 de diciembre de 1854, nació Mariano Lacambra Marín.

En 1870, tras las agitados tiempos de la revolución, el hijo, nieto y bisnieto de maestros albañiles, inicia su actividad con las obras de la fuente del Vivero y en 1876 construye una presa en el rio Vero.

El “Tramway” Barbastro-Selgua.

En 1861 inician el Ayuntamiento y los mayores contribuyentes de la ciudad, tras la inauguración del la línea de ferrocarril Barcelona-Zaragoza, los trámites de la concesión del “tramway de sangre”.

José Lacambra Mora, padre de Mariano, “realizó todos los trabajos, obras y explanación general del tranvía”. En 1878 cambia la concesión de las obras y allí está el joven maestro-albañil Mariano Lacambra.

El año 1886, a los 35 años, se casa con Ángela De Antonio.

La “luz eléctrica”.

Barbastro ya tenía alumbrado en sus calles mediante 119 faroles de aceite, pero en 1891 inaugurará, mucho antes que otras ciudades más grandes, la “luz eléctrica”. D. Mariano implicado en todas las obras importantes de la época -sin demasiada modestia- nos cuenta: “hice el artefacto que suministró el primer fluido eléctrico para Barbastro”.

Emprende la instalación del “alumbrado público y particular” de la Ciudad de Monzón. Se pone en servicio en 1899 gracias, según nos cuenta un periódico de la época, “al celo y actividad del inteligente Maestro de obras, nuestro particular amigo y paisano D. Mariano Lacambra”.

Sería interminable la lista de obras, croquis, proyectos y reparaciones que realizó y utilizando sus propias palabras; “por faltarme tiempo y espacio en este folleto sólo reseño a la ligera lo ya expresado”.

Mallada, Costa y su influencia.

En 1890 el oscense Lucas Mallada ya había radiografiado los “males de la patria” y aunque parecía lejano el desastre de las colonias, ya vaticinaba la necesaria “regeneración de la patria”.

La regeneración era el tema estrella de los titulares de la época -incluyendo “La Cruz del Sobrarbe” barbastrense- , que seguro leyó D. Mariano. En este periódico cada uno daba su propia receta para la regeneración de España pero, una cosa estaba clara, todos arrimaban la sardina a su ascua.

El espíritu emprendedor de D. Mariano, en aquellas fechas, ya estaba totalmente convencido de la necesidad de tomar parte activa en la regeneración de España.

La correspondencia con su amigo Joaquín Costa.

Joaquín Costa estuvo, en 1868, tal como nos cuenta el profesor Juan Carlos Ara, trabajando en la “Sociedad Extractora de Barbastro”. En esas fechas o en sus reuniones de la Cámara Agraria pudo tener lugar el encuentro entre Costa y Lacambra.

Según sus palabras, entre 1903 y 1910, se encontró varias veces con Joaquín Costa. Subiendo a "la peña de Barbastro" en "unión de D. Santiago Gómez y otros amigos", o comiendo, en su parada de camino a Madrid, en la fonda de "La Perla" "pues quería aprovechar el tiempo para hablar exclusivamente conmigo".

Muchas líneas de sus libros están dedicadas a Costa y en ellas expresa la influencia que sus palabras y sus libros tuvieron en su pensamiento y escritos. Es, según sus propias palabras, su “tributo a mi eminente paisano y respetado señor”.

Sus campañas.

La influencia de los regeneracionistas Costa y Mallada y la lectura de los periódicos de la época hizo plantear a Lacambra la necesidad de emprender su particular campaña “en pro del bien común”.

Es a partir de 1906, fecha de su primera publicación, cuando D. Mariano escribió “miles de cartas” y envió sus "folletos" a todos los estamentos de la sociedad española.

El resumen de todo su trabajo es la obra, en dos volúmenes, “La Regeneración de España” que recoge casi todos los folletos que editó y es un compendio, interesantísimo, de su pensamiento.

Sus “inventos”.

Los “artefactos” de Lacambra, hoy en día, nos parecen curiosos e incluso extravagantes pero tenemos que entender las carencias, y necesidades de la época. El conmutador “sistema Lacambra”, la turbina “sistema Lacambra”, el sifón iris, el calendario decimal “barbastrense” y el reloj kilométrico decimal son algunos de ellos.

Todos sus inventos y campañas los presentó en la exposición Hispano Francesa de 1908. Por sus trabajos recibió algunas medallas y diplomas.

Los riegos.

Los proyectos del pantano de Alquezar y el canal del Sobrarbe ya venían de lejos y él coge el testigo promoviendo los mismos. Él es promotor de la cerrada de Torreciudad, para recoger las aguas del Cinca, que luego se materializaría en el actual pantano de El Grado.

Su intensa relación con los promotores de Riegos del Alto Aragón; Romañá, Izquierdo y Felix de los Ríos, en defensa de los riegos, pretende la culminación de tan “magno proyecto”.

Todas las cartas coinciden en los valores como persona de D. Mariano y en su espíritu regeneracionista. Rafael Izquierdo, Ingeniero, autor del proyecto de dichos Riegos, en una carta describe la "patriótica empresa de redención por su querida tierra aragonesa" que lleva a cabo Lacambra, para terminar en su misiva con un deseo; "Si en cada pueblo hubiera un hombre como usted, el bien de España, por que todos suspiramos, se conseguiría inmediatamente".

Epílogo

Sus trabajos, con mayor o menor acierto, pretendían hacer la vida de sus vecinos un poco mejor.

D. Mariano fue un propagandista y estuvo la mayor parte de su vida promoviendo riegos, ferrocarriles, minas e industrias, e intentando regenerar su tierra y su país.

Mariano Lacambra Marín falleció en Barbastro en 1917 y sus restos descansan, tras una sencilla lápida, en el undécimo cuartón, nicho 13, junto a su esposa Ángela De Antonio fallecida el año 1922.

Me gustaría que estas sencillas líneas sirvan para honrar su memoria y agradecerle sus esfuerzos “en pro del bien común”.

Muchas gracias por su atención, y espero que haya sido de su interés.

[Esta charla tuvo lugar en la Biblioteca de Barbastro, el día 14 de mayo de 2011, dentro de la “Semana de las letras” que organiza el Excmo. Ayuntamiento de Barbastro.]

Notas sobre la historia de la central de Seira (6), la hinca de cajones.

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La presa romana de Almonacid de la Cuba (Zaragoza)

La construcción de molinos -para la obtención de harina y tratamiento de tejidos- o de puentes –para salvar los obstáculos orográficos- obligaron a despertar el ingenio humano. Estas obras, requirieron de hábiles constructores y, aún hoy, nos sorprenden por su audacia.


Los cimientos de puentes y presas.
Los puentes y presas necesitan una base sólida -unos cimientos- que resistan el empuje y la erosión de las aguas de los ríos. Los romanos, auténticos maestros en la organización de las obras (1), realizaban las mismas mediante artesanos especializados. Desde el origen de los materiales, pasando por su transporte y, más tarde, su colocación; todas las tareas estaban meticulosamente organizadas.

El estado de las obras que hemos heredado de ellos, como la presa de Almonacid de la Cuba, o la de Muel, en la provincia de Zaragoza, entre otras, nos demuestran la eficiencia de su método constructivo. El “hormigón romano” u opus caementicium (2) es, con el uso de la cal como aglomerante, una de las razones de esta solidez.

Restos de la presa romana de Muel (Zaragoza)

Los cimientos (fundamenta) (3) se apoyaban en terrenos sólidos y si estos no lo permitían se hincaban pilotes de madera y sobre ellos, uniendo sus cabezas con otros maderos, se fundamentaban las pilas o muros. Para poder trabajar en lugares difíciles preparaban unos recintos en los que agotaban las filtraciones de agua.

Estas técnicas no evolucionaron prácticamente nada desde aquella época y llegaron sin mejora hasta mediados del siglo XIX.

Estas molestas filtraciones, que citábamos antes, dificultaban el trabajo de los constructores en el lecho de los ríos y les trajeron de cabeza durante siglos. No fue hasta el siglo XIX cuando se consiguió solucionar este problema y en 1830 el polifacético británico Thomas Cochrane (4) ideó y patentó un sistema para poder construir los cimientos en seco. En Francia, paralelamente, sin conocer el trabajo de Cochrane, en el año 1839, el Ingeniero de Minas francés Jacques Triger ideó un sistema para poder excavar en el interior de la mina de Chalonnes (5) -que dirigía- en la zona cubierta por el agua del cercano río Loira. Mediante una cámara llena de aire a presión conseguía evitar la entrada del agua y así poder trabajar cómodamente. Habían inventado el cajón de aire comprimido y este sistema parecía ser la solución a todos los problemas…pero…¿qué es eso de un cajón?.


La hinca de cajones por medio de aire comprimido.
Los cajones, de acero u hormigón, son unos compartimentos que bajo la presión de aire comprimido permiten trabajar en su interior, sin que el agua penetre. Para construirlos se prepara un molde con una forma trapezoidal -una altura de unos dos metros y medio- y se rodea el mismo mediante un encofrado. En los extremos inferiores se colocan unas cuchillas metálicas que estarán en contacto con el terreno. En la parte superior del mismo se deberá poner, al menos, un tubo –llamado chimenea- para la conexión de la esclusa. Se refuerza la estructura mediante ferralla –las barras de hierro de la armadura- y se rellena de hormigón.

La labor de desencofrado es la tarea más delicada de su construcción pues “la sobrecarga sobre cada puntal es tan grande que comienzan a producirse roturas; es muy conveniente que la madera no se parta bruscamente como lo hace el pino, sino que se astille sin saltar, debiendo mejor estar verde y tener pequeño diámetro; son mejores las maderas del tipo del álamo o incluso eucalipto” (6).

Cercano al lugar de hinca se debe instalar un compresor para la producción de aire comprimido.
Ahora sólo falta lo más importante: obreros que quieran trabajar en estas condiciones. Esta actividad no tiene demasiado atractivo y los candidatos no son muchos. La gran mayoría son trabajadores atraídos por unos sueldos más elevados.

Los cimientos de la Torre Eiffel, La Nature, París, 1887, p. 406, Biblioteca del Observatorio del Ebro, Roquetas, Tarragona.

Una vez que el cajón tiene todo el interior limpio, probablemente su propio peso lo haya clavado un poco en el terreno. Accediendo por el agujero superior, se va extrayendo la tierra del interior y gradualmente el cajón va bajando. Cuando el agua del nivel freático impida el trabajo en su interior, se deberá poner, al tubo ya previsto, un artefacto llamado esclusa, parte fundamental de esta técnica, que permite el sellado del mismo y la entrada/salida de obreros y escombros. Según el tamaño se puede instalar más de una para facilitar el trabajo.

La esclusa -o cámara de equilibrio- se conecta mediante tuberías y válvulas al compresor y se pone a una presión levemente superior a la del agua que hay en el interior del cajón. Para entrar en él, se deberá pasar por dicha esclusa, que hace de frontera entre las dos presiones.

Las diferentes partes de la cámara de equilibrio (Dibujo de Levi, 1926, y notas del autor)

Se continua la excavación, izando los escombros y vertiéndolos a una cámara. Cuando está completa, se cierra, se compensa la presión y se abre por el otro lado para sacarlos al exterior. Cerrada la cámara se restablece la presión y se abre la esclusa interior para iniciar un nuevo ciclo. Este pesado -y delicado- procedimiento se debe hacer cada vez que se abre cualquiera de las dos esclusas.

Cuando el cajón llega al nivel del río, se debe suplementar, prolongando la chimenea, y volviendo a colocar la esclusa en su nueva ubicación. El cajón, cuando baja, incrementa la presión hidrostática y, por ello, se debe aumentar la de trabajo.

Es fácil que los diferentes materiales del terreno, o los efectos de una riada, provoquen la inclinación del cajón. La solución es calzarlo y excavar en la parte contraria para nivelarlo. Todas estas tareas no son fáciles, se requiere de expertos operarios que, en todo momento, sepan reaccionar ante cualquier eventualidad.

El “boquillazo”, nombre dado al vaciado brusco del cajón, tiene múltiples aplicaciones, permitiendo bajar de golpe el último tramo o apagar un incendio –como sucedió en el cajón del puente de Brooklyn-.

Una vez alcanzada la profundidad deseada, se debe llenar de hormigón para fijarlo allí.

Harpers Weekly, Dec 17, 1870, Prints and Photographs Division, Library of Congress, Washington, DC, 3c24608u

Las sensaciones en el interior de los cajones.
“¿Quién de nosotros no se ha preguntado, pasando junto a un puente, cómo se habían podido hundir los cimientos bajo el agua y levantar de ese modo, en medio de un río, esos enormes pilares que soportan los arcos?” (7)

Estas dudas las expresaba, como muchos de sus coetáneos, el escritor francés Guy de Maupassant que pudo satisfacer su curiosidad al entrar, acompañado del ingeniero de la obra, en un cajón de la presa de Garenne, en el Sena, cerca de París. Su relato explica las sensaciones que vivió:
“Se abrió la pequeña puerta de una de esas escotillas, y pasamos uno tras otro, penosamente, por la abertura para entrar en una estrecha cámara redonda oscura, donde nos apretamos en círculo, como sardinas en su lata, alrededor de una placa de hierro redonda, comparable a los que cierran los agujeros de alcantarilla sobre las aceras, pero mucho más pequeña, tan pequeña que no se podía creer, viéndola, que un hombre pudiese descender por allí. Se abrió una llave: un ruido de aire furioso, un ruido de máquina de vapor se hizo oír, y bruscamente sentimos en el fondo del los oídos, una sensación extraña y dolorosa. El aire comprimido, invadiendo la cámara, tendía a destrozarnos los tímpanos…Había que descender por ese tubo por medio de escalones de hierro, gruesos como el dedo… Al cabo de dos o tres minutos… puse el pie sobre el suelo ¡ qué suelo ! una papilla donde hundí las piernas….El agua no puede entrar en este domicilio subterráneo, expulsada por la potencia del aire que las bombas insuflan sin cesar en su interior. Algunas bujías apenas iluminan a esta inmensa pieza lúgubre, silenciosa, donde los obreros se agitan como sombras.” (7)

Harpers Weekly, Dec 17, 1870, Prints and Photographs Division, Library of Congress, Washington, DC, 3c24944u

Riesgos y problemas de la hinca de cajones.
En 1865, un artículo sobre los cajones, en la revista de Obras Públicas, enumeraba las características de los obreros que se debían escoger para este trabajo; “que tengan de 18 a 30 años, robustos y de buenas costumbres, de un temperamento mixto, o al menos que no sea muy sanguíneo…” (8).

Los efectos debidos a las presiones a las que se somete el cuerpo humano en el interior de los cajones son muy variados y no sientan igual a todas las personas. La sobrepresión, principal problema, y los largos periodos en el interior de los cajones, fríos e insalubres, complementan los efectos.

Harpers Weekly, Dec 17, 1870, Prints and Photographs Division, Library of Congress, Washington, DC, 3c24608u

La hinca de cajones en Europa y América.
En Estados Unidos el ejemplo más espectacular son los cajones del puente de Brooklyn, en Nueva York, construidos en 1870. Sus dimensiones de 52 por 31 metros, en el lado de N.Y., obligaron a dividirlos en seis habitaciones donde trabajaban entre 15 y 20 personas en cada una de ellas –hasta 180 personas en su interior- y lo bajaron cerca de 24 metros bajo las aguas del Hudson (9). El desarrollo de la hinca del los mismos estuvo rodeado de problemas con las descompresiones –el cincuenta por ciento de los trabajadores tuvieron secuelas graves, incluido el ingeniero jefe Roebling-.

En 1880, en Escocia, en la construcción del puente Forth (10), para el ferrocarril, los cajones se hincaron hasta los 27 metros (10).

Los primeros trabajos en el Alto Aragón.
En la provincia de Huesca, a finales del XIX, se estaba iniciando la sustitución de los caminos de herradura por “modernas carreteras” que la sacaran de su ancestral incomunicación. La de Boltaña a Jánovas, en 1885, no tenía visos de acabarse, si hacemos caso de los periódicos de la época; “la actual generación desaparecerá por completo sin ver terminada esta carretera y aquel puente.” (11) El río Ara, a su paso por Ainsa, estaba poniendo las cosas difíciles a los contratistas del puente y se planteaban la utilización del aire comprimido para sus pilas.

No fue hasta 1888 cuando “se dio principio a los trabajos de fundaciones por aire comprimido” (12) para terminar dicha obra. Un mes más tarde, las “costosas y accidentadas” (13) obras seguían supervisadas por el ingeniero montisonense Blas Sorribas, primero, para luego ser dirigidas por Severino Bello. En 1890, por fin, se terminaron las fundaciones de dicho puente llegando a hincar los cajones más de 12 metros (14).

En 1908 el citado ingeniero Severino Bello, director de las obras del Pantano de la Peña, en las ataguías necesarias para los agotamientos de la construcción, también utiliza esta técnica.

Construcción de la cimbra del cajón nº 1 de la presa de Villanova, agosto de 1914.

La aplicación de los cajones en las obras de Catalana de Gas y Electricidad.
La presa de Villanova –lugar elegido para desviar las aguas del río Ésera- requirió el uso de cajones en la construcción de sus fundaciones. Los sondeos previos realizados en la glera del río situaban la roca a más de 20 metros bajo el nivel normal. En agosto de 1914 se inicia la construcción del cajón número 1. A éste le seguirían un número cercano a veinte que, de manera transversal al río, en dos hiladas paralelas, conforman los cimientos de la presa.


Numerosas dificultades aparecían en el trabajo de los sufridos obreros que, en número de tres o cuatro, permanecían en su interior. Los “bolos” de granito que se cruzaban en el camino de las cuchillas tenían que ser partidos a trozos, a golpe de martillo, para poder sacarlos al exterior. En algunos casos el tamaño de los mismos obligaba a la utilización de la dinamita para su rotura.
Un obrero debía estar en la esclusa para poder sacar los escombros y comunicarse con los que estaban fuera. Mediante unas pequeñas mirillas podía ver el exterior y saber cuando podía vaciar los escombros en las vagonetas.


En el estribo derecho de la presa, por una razón que desconocemos, se emplearon tablestacas metálicas para el agotamiento y no se utilizó el aire comprimido. Para la hinca de las largas piezas se utilizó una grúa con un martillo en su extremo.


Los trabajos de hinca de estos cajones se extendió hasta noviembre de 1916. Se unieron, mediante una placa armada, las cabezas de los mismos y sobre ella se construyó el cuerpo de la presa.


Las postales y fotografías, nos permiten conocer su número y seguir la evolución de su hinca. Según las imágenes, no tuvieron problemas con las riadas (*), aunque en mayo de 1915 las excavaciones del edificio de la central, aguas abajo, sí sufrieron sus efectos.


En Seira, en el puente para el paso de las tuberías de la central, también se utilizaron cajones para poder realizar las fundaciones de sus pilas y estribos. La hinca de cajones mediante el aire comprimido se siguió utilizando puntualmente en las obras de Catalana de Gas en la zona.

Continuará.

José Antonio Cubero Guardiola

Notas:

1 - González Tascón, Ignacio. Ingeniería Civil en España. Precedentes, historia y técnicas. Madrid, Ediciones del Umbral, 2008, p.131.
2 - González, 2008, p. 115.
3 - González, 2008, p. 169.
4 - Banyai, A. L., A great invention with built-in hazards [en línea], Chest, Oficial publication of the American College of Chest Physicians, 1975,.
5 - Martin, François, Le fonçage Triger [en línea], Article pour l'Association Française des Travaux En Souterrain, 2004.
6- Presa Santos, Jesus Luis, Las cimentaciones realizadas con cajones de aire comprimido [en línea], Revista de Obras Públicas, 1970, número 3064, p. 855-862.
7 - Maupassant, Guy de, Sur et sous l'eau [en línea], Le Gaulois, 30 de junio de 1884.
8 - Trabajo en el aire comprimido [en línea], Revista de Obras Públicas, 1865, número 17, p. 216-217.
9 - Shapiro, Mary J., A picture history of the Brooklyn Bridge. With 167 prints and photographs, New York, Dover publications, 1983.
10 - Interesantísima página sobre Benjamin Baker, ingeniero encargado de terminar el espectacular puente Forth en Escocia. http://www.benjaminbaker.org.uk/gallery.html. Wikipedia también tiene una interesante entrada sobre el puente; http://es.wikipedia.org/wiki/Forth_Bridge.
11- Carta de Boltaña 1º de abril [en línea], Diario de Huesca, 4 de abril de 1885.
12 - El puente de Ainsa [en línea], Diario de Huesca, 31 de agosto de 1888.
13 - El puente de Ainsa [en línea], Diario de Huesca, 21 de septiembre de 1888.
14 - El puente de Ainsa [en línea], Diario de Huesca, 5 de abril de 1890.

Bibliografía:

Levi, C., Tratado de construcciones civiles, tomo II: obras públicas e hidráulicas, Barcelona, Gustavo Gili, 1926.

Agradecimientos:

Me gustaría dedicarles unas líneas a todas aquellas personas que hacen posible estos artículos. Gracias, una vez más, por sus atenciones, dedicación, interés y…paciencia. Gracias también a María Genesca, directora de la Biblioteca del Observatorio del Ebro, por su colaboración. Espero poder volver a contar con todos vosotros para el próximo artículo.

Este artículo se publicó en el número 7 de la revista "Els tres llugaróns", Abi, Seira y Barbaruens, editada por las asociaciones culturales de dichos pueblos en el verano de 2011.(Algunas de las imágenes y notas que aparecen en este artículo no se pusieron en la revista por falta de espacio)

2011/08/05
(*) - En unas fotografías que he tenido la oportunidad de ver recientemente, he localizado algunas pequeñas afecciones por riadas, que interrumpieron temporalmente los trabajos, pero no supusieron demasiados daños a las obras –según estas imágenes-. Estas tuvieron lugar en mayo de 1917 –el mayenco- y en julio del mismo año.
Para ver los efectos -verdaderamente graves- que puede tener una riada en la hinca de cajones nos puede servir el ejemplo del río Ebro a su paso por las obras de la presa/azud de El Cortijo (Logroño). Las imágenes -antes y después- hablan por si mismas…


El ingeniero de Caminos J.L. Grasset –director de las obras- nos explica, a finales de la década de los veinte, como debían organizarse para los trabajos; “Por las fotografías de las avenidas…puede observarse que, desde luego, era preciso aprovechar el estiaje para el montaje o moldeado de los cajones y la gran ventaja del procedimiento del aire comprimido consistió en que podía seguirse trabajando en invierno en todos aquellos cajones que se había tenido la precaución de asegurar durante el estiaje clavándolos algunos metros. Estos trabajos de invierno sólo debieron ser necesariamente interrumpidos durante las riadas excepcionales, como se puede observar…, que se calcula de unos 3.000 metros cúbicos por segundo.” (Revista Ingenieria y Construcción, Madrid).


Otra imagen muy descriptiva de los efectos de las riadas en la construcción de las presas se tomó a finales de 1961 en el Duero y se trata de la presa de Aldeadávila. Allí se aforaron 9.000 metros cúbicos por segundo.

(Del libro Aldeadávila, Iberduero, 1987).

Mariano Lacambra Marín, un polifacético barbastrense [apuntes sobre su vida].

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Firma de Mariano Lacambra en su solicitud de Alarife municipal, 1888, Archivo Municipal de Barbastro.

Inquieto industrial barbastrense, sus trabajos, unos con más acierto que otros, sirvieron para intentar hacer la vida de sus vecinos un poco mejor, promoviendo riegos, ferrocarriles, minas e industrias, que su mente despierta pensaba eran interesantes para sus congéneres. “La paz universal ha de ser siempre la madre del adelanto” escribía en un prólogo como declaración de intenciones.

Juan y Bernarda, sus tatarabuelos.
Juan Lacambra, un joven “mancebo” natural de La Muela, en uno de aquellos avatares que provocaron tantas guerras y miserias en el siglo XVIII, llega a Barbastro caminando por los polvorientos caminos. Gaspar y Jerónima -sus padres- del pueblo de Bielsa, habían emigrado en busca de un trabajo que pudiera darles de comer y después de un largo periplo, hartos de viajes y de sufrimientos, deciden volver a su tierra. Las excelencias e industrias de la ciudad del Vero les atraen cual poderoso imán y allí se dirigen.
Aquel 16 de agosto –fecha que bien pudo llegar- el río Vero está “fuera de madre” y los ojos de Juan, abiertos como platos, no dan crédito de cómo había podido “crecer de tal suerte el río” (1) sin haber caído ni una gota en la ciudad; era el año 1727. Años después, camino del campo, conoce a la barbastrense Bernarda Montes. Su mirada se enciende y un rayo de luz ilumina sus ojos; su destino está fijado. Juan se casa con Bernarda, pero no son conscientes de ser el origen una saga de maestros-albañiles (2). Fruto de esta unión nace José, en 1759.

Su bisabuelo José.
José (3) tiene ocho hijos de su matrimonio con la barbastrense María Durán. Sus hijos Pedro y José continuan el apellido y fijan su residencia en el Entremuro, en la calle Esperanza, el primero, y en el cuartón del Mercado, en la calle Río Ancho, el segundo (4).
Su bisnieto refiriéndose a él, nos cuenta; “el puente del Portillo lo hizo mi bisabuelo en la misma época que el convento de los PP Escolapios“ (5).

Libro de Gestis, año 1834, Archivo Municipal de Barbastro.

El abuelo Pedro.
Pedro se casa, en 1808, con María Mora y tienen ese mismo año un hijo; Eugenio. Ese año, a Pedro Lacambra, los franceses que habían entrado en la ciudad, quisieron “obligarlo a denunciar los falsetes del comercio rico…y se lo llevaron y lo tuvieron ocho años prisionero en Francia” (6). En 1815, probablemente a su vuelta de Francia, tienen a su hijo José del que hablaremos un poco más tarde.
El puente de San Francisco había quedado dañado en 1788 por una excepcional riada (7) y en 1834, “se hallaba en estado ruinoso”. El concejo, apercibido por los vecinos, contrata al maestro-albañil Pedro Lacambra que deja el “puente reedificado a satisfacción de todo el pueblo” (8).
En 1836 Pedro y su hijo Eugenio suscriben, con el Ayuntamiento, una escritura para las obras del molino de aceite de la ciudad (9). Eugenio junto al también maestro albañil Joaquín Colomer, en 1840, se encarga de las obras “del camino carretera de Monzón…el cual se halla en el deplorable y ruinoso estado” (10).
Sería prolijo enumerar todas las obras en las que participaron, en la época, los maestros-albañiles de la familia Lacambra, pues muchas de las que se realizaron en aquellos años llevan su firma.

Mariano Lacambra Marín, carboncillo de Tomás Fierro, gentileza de Toni Buil.

D. Mariano Lacambra Marín.
En el cuartón del Entremuro a las siete y media de la tarde, el 18 de diciembre de 1854, nace el “hijo legítimo de José Lacambra y Tomasa Marín, cónyuges y naturales aquél de Barbastro y ésta de Cregenzán”, “y se le pone por nombre Mariano” (11). El año 1853 había nacido su hermano Pedro, y Mariano fue el pequeño hasta que en 1857 nace León, el tercer y último hijo del matrimonio. Tienen su residencia en el número 10 de la plaza de la Candelera (12) .
Mariano, siguiendo la tradición familiar, se hace albañil y comienza a trabajar. En 1870, tras los agitados tiempos de la revolución de 1868, inicia la obra de la fuente del Vivero “para evitar el constante peligro en que se veían las sirvientas al tener que pasar por encima del azud”. También, en 1876, construye una presa en el río Vero “encima de la Penilla” (13).

El “Tramway” Barbastro-Selgua.
La familia Lacambra, tal como veremos, participa en las importantes obras del ferrocarril Barbastro-Selgua.
En 1861 se inician, acordados por el Ayuntamiento y los mayores contribuyentes de la ciudad, los trámites de la concesión del “Tramway” que debía unir Barbastro con la Estación de tren de Selgua. Las obras, que durarán doce años, estarán plagadas de vicisitudes y servirán, en primer lugar, para aliviar la miseria de numerosos jornaleros y atraer a la ciudad a multitud de trabajadores y, una vez terminadas, como importante motor de desarrollo de la comarca.
José Lacambra Mora, tal como nos cuenta su hijo Mariano, “realizó todos los trabajos, obras y explanación general del tranvía” y junto a él, su hermano Eugenio Lacambra Mora con sus hijos Mariano Lacambra Sierra y Eugenio trabajan en las obras de los ferrocarriles “hasta Despeñaperros” (13).
En el ferrocarril Barbastro-Selgua, tras el parón de los trabajos del año 1878 y la concesión de las mismas a D. Ramón Acha, está el joven albañil Mariano Lacambra Marín, “aprovechando algunas obras hechas y abandonando las restantes” (13).
El año 1886 se casa con Ángela De Antonio “natural de Costeán” y fija su residencia en la calle Carreteras (14).

Portada de una escritura del Escribano Don Mariano Lacambra, gentileza de Leontina Plana.

Los Lacambra albañiles y los escribanos.
En esta época, el apellido –Lacambra- de nuestro maestro de obras es bastante habitual en Barbastro. Encontramos, casualmente, otro Mariano (15) con el mismo apellido, desempeñando una importante actividad; “Escribano Real y Notario público de S.M. (Dios Guarde) por todos sus Dominios, natural y vecino de la Ciudad de Barbastro” (16). Este notario está activo, como poco, hasta 1835 y se encarga de redactar el libro de Gestis de la ciudad. En 1859, ya viudo, vive en la calle Las fuentes número 4 del cuartón del Arrabal (17).
En 1855, cuando Mariano Lacambra Marín cuenta escasamente un año, fallece, por el cólera (18), Mariano Lacambra García, a los 41 años, hijo del Escribano del mismo nombre. Un Mariano que viene y otro que se va.

Fragmento de escritura del Escribano Don Mariano Lacambra, gentileza de Leontina Plana.

La “luz eléctrica”.
En 1887 el arquitecto de la Diputación recrimina al Ayuntamiento de Barbastro porque “no residía desde remoto e ignorado tiempo ningún arquitecto ni maestro de obras” en la ciudad y, como no solucionan el problema, le remite al juzgado de primera instancia una notificación sobre el tema (19).
Un año después, en 1888, D. Mariano solicita al Ayuntamiento la plaza de maestro alarife, tras el fallecimiento de titular de la misma Silvestre Lóriz, y se le “desestima la instancia por haber sido nombrado interino Eusebio Lahilla” (20).
El año 1890 ya se reúne “la comisión especial nombrada para el estudio del alumbrado eléctrico” y, unos meses más tarde, el memorándum del zaragozano Víctor Marín sobre “el proyecto de luz eléctrica” es estudiado por la Comisión de Policía Urbana (21).
En 1891 (22) la ciudad de Barbastro inaugura, mucho antes que otras ciudades más grandes, la “luz eléctrica” para la iluminación de sus calles. Mariano implicado en todas las obras importantes de la época -sin demasiada modestia- nos cuenta: “hice el artefacto que suministró el primer fluido eléctrico para Barbastro” (23).
El industrial D. Pablo Sánchez Samitier reconvierte para ello el “antiguo molino llamado de Fonz” -que comprara D. Hilario Sánchez en 1861 “en las ventas de bienes nacionales” (24)- en central eléctrica. Mediante una turbina Francis, del constructor “Planas, Flaquer y Cía” de Gerona, movida por las aguas del río Ésera y una línea de alta tensión “a 2500 voltios” (25) que permite llevar el “fluído eléctrico” hasta un transformador ubicado cerca de la ciudad, tras casi seis kilómetros.

Publicidad de la firma Planas, Flaquer y Cía, 1904

Por otro lado, con las aguas del Cinca, otros barbastrenses, industriales y comerciantes de la ciudad, forman la sociedad eléctrica “Hijos de Palá”, para llevar, también, la luz eléctrica desde el Molino de Enate a Barbastro (26).
Estas dos sociedades, tras bastantes cambios, acaban siendo el germen, de la parte eléctrica, de la actual compañía “Aguas de Barbastro”.
La construcción, como podemos ver, no es la única actividad que desarrolla nuestro protagonista y forma parte, como constructor o accionista, en diferentes negocios. En 1894, sin ir más lejos, se asocia con José Pueo para “constituir una sociedad de aserrar madera en un edificio que al efecto tienen ya construido adosado al molino de Enate” (27).

Publicidad de Siemens Schuckert, El Cruzado Aragonés, 25-5-1914

En 1897, tras varios meses esperando las dinamos de “la acreditada casa Schuckert y Compañía”, según nos cuenta un periódico de la época, se inaugura en Benasque el alumbrado eléctrico gracias “a los inteligentes industriales de esta ciudad D. Mariano Lacambra y don Constancio Gámiz que han hecho las obras de fábrica y forman parte de la Sociedad con los benasqueses” (28).
Después de estas obras emprende la instalación del “alumbrado público y particular” de la ciudad de Monzón de la que es “el concesionario autorizado por el Ayuntamiento” aprovechando las aguas del Cinca. Para ello realiza el paso de una línea por encima del cauce del río y, tras no pocos problemas con la jefatura de Obras Públicas (29), se pone en servicio en agosto de 1899 gracias “al celo y actividad del inteligente Maestro de obras, nuestro particular amigo y paisano D. Mariano Lacambra” (30).
Su labor en la modernización eléctrica de Huesca no se limita a estas instalaciones anteriormente citadas pues, según sus propias palabras, está implicado en las de Anciles, Cerler y Alcolea de Cinca (31).
Sería interminable la lista de obras, croquis, proyectos y reparaciones que realizó y, utilizando sus propias palabras, “por faltarme tiempo y espacio en este folleto sólo reseño a la ligera lo ya expresado”.

Portada del primer cuaderno -y único- de las cartas a Alfonso XIII de Lucas Mallada.

Lucas Mallada, Joaquín Costa y su influencia en Lacambra.
El oscense Lucas Mallada radiografía los “males de la patria” y, con una precisión de cirujano, describe sus problemas. En 1890, año de la publicación del libro, todavía estaba lejano el desastre de las colonias pero las mentes privilegiadas –como la suya- ya ven la necesidad de la “regeneración de la patria”.
En 1897 los periódicos retransmiten la crónica de una guerra perdida de antemano. Nuestras tropas, faltas de medios y con unos barcos mal equipados, luchan una batalla desigual en las colonias. España se gasta el dinero –que no tiene- y la vida de sus soldados, en una lejana Cuba que ya dan por perdida algunos en el Congreso.
La regeneración de España es el tema estrella de los titulares de la época -incluyendo “La Cruz del Sobrarbe” barbastrense- , que seguro lee D. Mariano. En este periódico, cada uno da su propia receta para la regeneración de España pero -una cosa está clara- todos arriman el ascua a su sardina.
En 1900, tras la salida de miembros de la Comisión Hidrológica del Ebro desde Barbastro, “con objeto de hacer estudios de los ríos” para “ultimar un Plan general de canales y pantanos” esta cabecera hace, con las siguientes palabras, una clara declaración de intenciones: "Nuestra modesta publicación se honra muchísimo al iniciar hoy esta campaña altamente beneficiosa para este país agrícola, a la que creemos nos ayudarán cuantos patriotas rindan culto a la regeneración de hermoso suelo que les vio nacer" (32).
Honestas palabras que despiertan el espíritu emprendedor de D. Mariano que, en aquellas fechas, ya está totalmente convencido de la necesidad de tomar parte activa en la regeneración de España.

Tarjeta postal enviada por Mariano Lacambra a Joaquín Costa, 20 de enero de 1911, Archivo Histórico Provincial de Huesca, Costa, carta 1345.


La correspondencia de D. Mariano con su amigo Joaquín Costa.

Joaquín Costa está, en 1868, trabajando, y aportando dinero para la compra de un nuevo aparato para extraer aceite del orujo en la “Sociedad Extractora de Barbastro” que su pariente Hilarión Rubio tiene en Barbastro (33) y, en esas fechas, o, más tarde, por sus reuniones de la Cámara Agraria, puede tener lugar el encuentro entre Costa y Lacambra.
Según sus palabras, entre 1903 y 1910, se encuentra varias veces con Joaquín Costa; subiendo a "la peña de Barbastro" en "unión de D. Santiago Gómez y otros amigos" o comiendo, en su parada de camino a Madrid, en la fonda de "La Perla""pues quería aprovechar el tiempo para hablar exclusivamente conmigo" (34).
En 1908 escribe a su admirado maestro y, tal como él mismo transcribe en su libro, le contesta Martina, hermana de Costa y, a continuación unas breves líneas autógrafas de Costa; "Mi distinguido amigo: agradezco el envío de su nueva interesante monografía hidraulista" y una sencilla, pero clara, explicación de su estado de salud y su posición sobre el tema; "Estoy lo mismo que estaba en punto a salud y a orientación respecto al canal; y me es imposible asistir a esa reunión” (35).
Cita un último encuentro, en su libro y en la postal que le envía el 20 de enero de 1911, en Barbastro, en el que "me tuvo en la fonda de San Ramón (Barbastro) mas de dos horas consecutivas” (36). Dicho encuentro, en septiembre de 1910 -si tiene lugar en esas fechas- es el último de Joaquín Costa desde su retiro en Graus. Según Cheyne (37), sale únicamente tres veces; la primera, en 1908, para intervenir en el Congreso de los Diputados de Madrid en contra del proyecto de Ley antiterrorista de Maura, una segunda, en 1909 y la tercera, de la que no da datos, que bien pudo ser ésta que cita Lacambra.
Muchas líneas de sus libros están dedicadas a Costa y en ellas expresa la influencia que sus palabras y sus libros han tenido en su pensamiento y escritos. Es, según sus propias palabras, el “tributo a mi eminente paisano y respetado señor” (38).

Folleto de MLM, Gentileza de Toni Buil

Su orientación política.
En una de sus innumerables misivas, D. Mariano, escribe al Cura de Vicién, Julio Prad, y éste, airado, le responde en “la Voz de la Provincia”:
“No creo que el nombre de Mariano Lacambra responda a una persona real, pues, si así fuera, en verdad que sería una persona fresca y burlona, cuando tiene la osadía y el atrevimiento de recomendar a un cura las candidaturas patrocinadas por el que en el impreso se dice “mal apellidado cacique D. Manuel Camo”…” (39).
La respuesta a dicha carta resume, con sus propias palabras, la explicación de su orientación política:
“Me he considerado y me considero independiente de todo partido social…Hasta hoy, han sido de mi afecto los liberales; pero si la entidad que ha de venir a regenerar este país por mis proyectos e iniciativas, me dijese que tenía su confianza en el moro Muza, y si por este distrito se presentara (por aquello de hágase el milagro por quien quiera,) yo votaría y recomendaría la candidatura…” (40).
El “representante” de Camo en Barbastro es el madrileño Lorenzo Álvarez Capra (41), diputado de 1886 a 1901 por ese distrito (42), con el que tiene relación D. Mariano pues es el autor del proyecto de la plaza de toros.
Tras las elecciones de 1910, D. Mariano edita un folleto para felicitar a Camo, “al tener la satisfacción de haber triunfado las fuerzas morales y materiales adictas a la personalidad de D. Manuel Camo” (43).
Una vez fallecido éste, en un homenaje promovido por su periódico, El Diario de Huesca, el año 1913, D. Mariano les envía una carta y una colaboración de 10 pesetas (44).

Folleto de MLM, Gentileza de Toni Buil

El Pantano de Alquézar y los canales de riego de Barbastro y del Sobrarbe.
En 1855 Miguel Ravella, con su proyecto del canal de la “Princesa de Asturias”, con las aguas del río Ara, participa en la larga lista de iniciativas para solucionar el problema del riego en el Alto Aragón. Los hermanos Teodoro y Antonio Bergnes de las Casas realizan el segundo intento por canalizar sus aguas y ya en el siglo XX, el proyecto liderado por Romañá, y diseñado, en su mayoría, por Rafael Izquierdo perfilan definitivamente las directrices de los modernos riegos del Alto Aragón.
Lacambra, defensor incansable del pantano de Alquézar, se beneficia de la primigenia idea de utilizar el cauce del río Vero como canal natural para las aguas del “canal del Sobrarbe”. Y dentro de su proyecto, para los riegos de la comarca de Barbastro, su idea es aprovechar “la cerrada de Torreciudad” para nacimiento del canal. Su proyecto se integra en los planes de Romañá tal como él mismo nos cuenta; “jamás consideré que mi humilde proyecto fuese envuelto en otro tan grande” (45).
El pensamiento, en pro de sus vecinos, es evidente en sus consideraciones sobre el primitivo proyecto:
“El Canal de riego de Sobrarbe, no riega un palmo de tierra en dicho Sobrarbe. Es decir, que los 50 kilómetros que recorre el canal de conducción desde encima de Boltaña a Lecina, pasa por varios pueblos…y ni se les consiente regar, ni se les reserva agua para salubridad, higiene, ni para servicios domésticos. ¿Consentirá este país construir estos 50 kilómetros de canal…?" (46).
Todos estos proyectos e ideas tienen, por el lado del Cinca, pobres inversiones y hasta el año 1959 no se pone en explotación el pantano de Mediano –terminado en 1945- (47). Y su idea del pantano en el Cinca se plasmará, años después, en el actual pantano de “El Grado”.
También conviene aclarar la doble vertiente –riegos/electricidad- que pretenden algunos de sus proyectos, como su solicitud de concesión de un salto en el río Cinca para “producir 15.600 caballos” (48). Él conoce los “grandes proyectos para saltos de agua” que, en estos años, proyecta en el río Ésera otro aragonés, Francisco Bastos y, según dice, “serán también aragoneses” (49).

Folleto de MLM, Gentileza de Toni Buil

Sus campañas en pro de los riegos y el bien común.
La influencia de los regeneracionistas Costa y Mallada, tal como hemos visto anteriormente, y la lectura de los periódicos de la época, le hace plantear la necesidad de emprender su particular campaña “en pro del bien común”. Es a partir de 1906, fecha de su primera publicación, cuando Mariano, “vocero incansable” (50), escribe infinidad de cartas, organiza reuniones y envía sus "folletos" a todos los estamentos de la sociedad española, desde el Rey, al que le dedica una poesía, pasando por Obispos, diputados, ingenieros, alcaldes, hasta llegar a los curas de pueblo. Las contestaciones, que él incluye en uno de sus libros, son de diferente talante, como el agradecimiento de la Casa Real "por la atenta felicitación que ha elevado al Augusto Señor con motivo de su fiesta onomástica".
Muchas de las respuestas son cartas llenas de buenas palabras, agradeciéndole sus esfuerzos en pro de los riegos. Todas las cartas coinciden en los valores como persona de D. Mariano y en su espíritu regeneracionista. El Barón de Romañá –emprendedor de los Riegos del Alto Aragón- cita la "honradez de su palabra" (51), Rafael Izquierdo, ingeniero y autor del proyecto de dichos Riegos, en su carta, describe la "patriótica empresa de redención por su querida tierra aragonesa" que lleva a cabo Lacambra, para terminar en su misiva con un deseo; "Si en cada pueblo hubiera un hombre como usted, el bien de España, por que todos suspiramos, se conseguiría inmediatamente" (51).

Primer tomo de "La regeneración de España...", edición en tela con dorados.

Los Folletos y recordatorios.
Desde 1906, fecha del primer folleto, hasta 1914, D. Mariano edita una cantidad indeterminada de pequeños folletos (52), muchos de los cuales sólo los conocemos por sus referencias y no ha sido posible localizarlos. La mayoría están dedicados a las campañas hidráulicas y algunos de ellos como la “doctrina práctica agrícola, industrial y comercial”, se dedican a divulgar los valores que el considera esenciales para “propagar la obediencia, aplicación y respeto del primer gremio de aprendizaje”. Es lo que él denomina, en una hoja de publicidad, “literatura práctica artesana”.
Pero, sin lugar a dudas, su obra cumbre es “Proyectos y propagandas para la regeneración de España en el Alto y Bajo Aragón por los Riegos, Ferrocarriles secundarios, Explotación de minerales y cuanto convenga en bien común” en dos tomos, editada en 1910. En estos libros recoge casi todos sus folletos y describe todas sus acciones e iniciativas para conseguir su ansiada regeneración.

Diario de Huesca, 13 de agosto de 1910, Hemeroteca Diario del Alto Aragón.

Todos sus trabajos están impresos, en su mayoría, por Jesús Corrales, de Barbastro y la imprenta de Tomás Blasco, en Huesca y Zaragoza. D. Mariano, con sus palabras, nos explica la cronología de la publicación y el formato del mismo; “terminé el segundo tomo de mi obra…y acometo a terminar mi primer tomo en folletos, incluyendo las hojas publicadas más interesantes.” (53). Tal como nos cuenta aparece primero el tomo número 2 y luego el complejo tomo 1. Este último está compuesto de siete folletos independientes y es un auténtico galimatías por sus repeticiones y saltos en el tiempo. En este tomo, entre otras cosas, nos cuenta un poco de su vida y la de su familia, y resulta muy interesante para intentar comprender su forma de pensar. El tomo dos recoge multitud de datos y manuales “para facilitar al mayor número de personas el conocimiento” (54).
Él, en sus trabajos, es consciente de sus limitaciones y en uno de ellos nos cuenta;
“mi humilde trabajo lo hallará repleto de faltas literarias; pero creo que no ha de faltarme su indulgencia, ante la consideración de que jamás he escrito para el público, por no ser patrimonio de los prácticos, como yo, las galanuras de frase de los publicistas” (55).
La edición de todas estas publicaciones las asume económicamente el propio Lacambra sin ninguna ayuda externa aunque, seguramente, tiene algún colaborador en la elaboración y preparación de dichos folletos y en la titánica tarea de enviar los miles de cartas que escribe.

Ejemplar de "La unión regional regeneradora", gentileza de Leontina Plana

La Asociación y el periódico de D. Mariano.
“El progreso” es el nombre de la sociedad que en 1910 pretende formar como “lo único capaz de regenerarnos” y fijando en Barbastro el centro de sus actividades.
Es en 1914, como complemento a sus publicaciones, cuando registra en el Gobierno Civil de Huesca la “Asociación en pro del bien común”, en la que consta como “Director propietario de la publicación LA REGENERACION DE ESPAÑA”.
De esta “publicación” sólo hemos podido localizar un ejemplar, sin numerar y sin fecha. El único dato que tenemos para ubicarla está en una hoja del “Calendario decimal de diez meses”, de su invención, correspondiente al quinto mes de 1914.
La portada, con sus sencillos dibujos, recorre todos los puntos básicos de su pensamiento regenerador y en el centro, a modo de escudo, dos manos cogidas con la leyenda “LA UNION HACE LA FUERZA” rematan el conjunto (56). Este lema, origen de sus ideas, ya lo utiliza en los bocetos de la primigenia asociación.
La publicación es un resumen de sus trabajos e incluye una transcripción de los estatutos de la asociación y una hoja con anuncios de comercios barbastrenses. El primer artículo condensa, “fiel propósito de mi campaña”, todo lo que él siempre ha buscado con sus trabajos; ”LA REGENERACION DE ESPAÑA por la unión popular, regional y nacional española, y por la ilustración, instrucción, orientación y propaganda constante progresiva”.
Al final, tras veinticinco artículos, aparece “la junta de representación” que reúne en sus tres apartados a las personas más importantes, de dichos aspectos, en la economía barbastrense: Agricultura, D. Manuel Gómez, Industria, D. Félix Lalanne y Comercio, D. Constancio Artero. La publicación titulada “LA UNION REGIONAL REGENERADORA” debe, según sus intenciones, ser la portavoz de dicha Asociación.

Stand de MLM para la Exposición Hispano-Francesa de 1908, gentileza de Leontina Plana.

Sus inventos y la participación en la Exposición Hispano-Francesa de 1908.
Sus “artefactos”, hoy en día, nos parecen curiosos, aunque de alguno de ellos no podemos ni dar nuestra opinión por la escasa información que tenemos. Es el caso del SIFÓN IRIS cuyo funcionamiento es “en sentido contrario de los hasta hoy conocidos” y, por sus explicaciones, debía aspirar el agua. La TURBINA sistema LACAMBRA “de extraordinaria utilidad” es otro de estos desconocidos artefactos. Y, según sus palabras, “sirve para mover todo cuanto desee” y puede funcionar en cualquier sentido y su posición puede ser horizontal y vertical.
El, quizás, más conocido sistema de su invención es el CONMUTADOR sistema LACAMBRA, que soluciona el problema de la ubicación fija de las lámparas eléctricas evitando “fraude alguno”–no olvidemos que tenía una empresa eléctrica- y así poder colocar “cuantas correderas necesite el abonado” para poder iluminar “infinitos departamentos” (57).
D. Mariano es un ferviente defensor del sistema decimal, “cuya modificación tanto beneficio viene reportando” (58), en una época en la que todavía se mide en cahizadas y nietros. Y, por ello, se le ocurre la idea de un “calendario decimal” de diez meses y, a partir de éste, un reloj kilométrico en el que el día tiene diez horas y la noche otras diez. Todo esto lo justifica “porque al paso natural del hombre, éste anda cien metros, y cada diez minutos, un kilómetro; cada hora cinco kilómetros” (58). La revista satírica Gedeón, en 1911, se mofa de su idea; ”El Sr. D. Mariano Lacambra es un hombre admirable. ¿Qué dirán ustedes que ha hecho, así de golpe y sin decírselo a nadie? Pues la tontería de reformar completamente el calendario. ¡Hombre, no hay derecho! ¡ Y sin avisarnos…” (59).
Todos estos inventos los lleva a la exposición provincial de Huesca de 1906 donde recibe la medalla de plata por su conmutador (60). En 1908, con ocasión de la exposición Hispano-Francesa, lleva su “stand” -que podemos ver en la única fotografía suya que se conserva- con sus inventos y publicaciones. Allí recibe la felicitación de Basilio Paraiso comunicándole la concesión, por el comité de la misma, de “un diploma especial de cooperación” (61). En esta exposición, según sus escritos, “el comité oficial me concedió medallas de cobre, plata y oro, con sus correspondientes diplomas” (62).
En 1912 lo nombran Comendador de la Orden Civil del Mérito Agrícola. Otros altoaragoneses como Tomás Costa o el madrileño Severino Bello, entre otros, ya pertenecen a esta orden que premia, desde 1905, los servicios prestados en ese campo (63).

Publicidad de MLM en "La unión regional regeneradora", gentileza de Leontina Plana

Otras obras, iniciativas y sociedades.
Muchas obras e historias quedan, sin nombrar siquiera, de la larga lista de sus trabajos en Barbastro. Quizás la más singular sea la construcción de la plaza de toros de Barbastro “merced al lavatorio que ha sufrido, no de la cara, sino de todo el cuerpo”. También la concesión de la misma, tras sus obras, al “laborioso e infatigable barbastrense don Mariano Lacambra”. O el palco número 28 que se reserva “para poder ver los toros en el corral” (64).
El desmontaje y traslado de la portada de la iglesia de San Juan, desde la orilla del Vero, a su actual ubicación en el cementerio, también lo realiza D. Mariano (65).

Sello de un folleto de MLM, IBA, Fondo George J.G. Cheyne

Los ferrocarriles, por el Cinca o el Ésera, quedan en la imaginación de sus proyectistas y en los sueños de D. Mariano. Ideas que, pasado el tiempo, siguen sin salir del papel.
Muchos son los proyectos que -seguro- también quedan en su particular tintero. Como la sociedad llamada “La parra industrial”, de cuya existencia nos quedan, tan solo, sus anagramas.
Él mismo pone su “Conclusión definitiva” y escribe “Hora es ya de dejar la pluma y que las películas cerebrales descansen y se rehagan. Mis fuerzas, mis recursos y mi influencia, rebasan ya del límite que me pertenece.” (66).

Epílogo
Podemos considerarlo un soñador, e incluso un ingenuo, pero su corazón, que dejó de latir aquella tarde del siete de abril de 1917, era limpio y honesto como sus palabras. Sus ideas perduran en el tiempo en forma de folletos pero, desafortunadamente, fue ingratamente olvidado por aquellos que él estimaba –otra muestra más de la proverbial ingratitud aragonesa- (67). Quizás sea un buen momento, como ya propusieron (68), para dedicarle una calle en su ciudad. Ahora, pasado el tiempo, me gustaría que estas sencillas líneas sirvan para honrar su memoria y agradecerle, allá donde esté, sus esfuerzos “en pro del bien común”.
Tras una sencilla lápida y la inscripción "Mariano Lacambra y familia", descansa en el undécimo cuartón, nicho 13, D. Mariano Lacambra Marín junto a su esposa Ángela De Antonio fallecida el año 1922.

Nicho de la familia Lacambra, fotografía del autor.


Notas:
1. López Novoa, Saturnino, Historia de la muy noble y muy leal ciudad de Barbastro, Barcelona, Pedro Riera, 1861, t. I, p. 351.
2. Archivo Diocesano de Barbastro, (en adelante A.D.B.). Libro sacramental 15, Matrimonios, p. 46. Los datos y los hechos son ciertos, pero el desarrollo es una hipótesis.
3. José Lacambra Montes (Barbastro, [1759]-1833) tuvo un hijo del mismo nombre llamado José Lacambra Durán (Barbastro, [1793]-1865) y un nieto también llamado José Lacambra Mora (Barbastro, 1815-¿?). Las obras llevadas a cabo esta época pudieron ser realizadas por cualquiera de los tres y hace difícil distinguir las que hizo cada cual.
4. Archivo Municipal de Barbastro (en adelante A.M.B.), Padrón de 1859.
5- Lacambra Marín, Mariano. Proyectos y propagandas para la regeneración de España en el Alto y Bajo Aragón por los Riegos, Ferrocarriles secundarios, Explotación de minerales y cuanto convenga en bien común por…, Zaragoza, Tomás Blasco, 1910, Huesca, 2 tomos. Nota en t I, folleto ”Al Gobierno y a las Cortes”, p. 43. Las citas del propio Lacambra hay que tenerlas con la lógica cautela y, donde ha sido posible, se han comprobado.
6. Lacambra, 1910, t. I, ”Al Gobierno y a las Cortes”, p. 44.
7. López, 1861, p. 352.
8. Citado por Lascorz, 1987, [21-8-2011. La cita 8 se ha quedado sin la fuente al esclarecer la bibliografía para reducirla y es: Lascorz Garcés, María Pilar, Barbastro y su desarrollo urbano en el siglo XIX, IEA, Colección de Estudios Altoaragoneses 21, Huesca, 1987.], p. 39-42. Sacado de A.M.B., Libro de Gestis, año 1834. La autora atribuye esta obra y la autoría del libro de Gestis al maestro albañil Mariano Lacambra. Consultado dicho libro de Gestis aparece Pedro Lacambra como el autor de la obra y no Mariano como cita la autora, por error, en su libro. El dicho Mariano, ver nota 15, es el “Escribano y Notario público” de la Ciudad y el autor de las notas del libro de Gestis. El libro Arquitectos en Aragón, de Martinez Verón, reproduce la nota y le atribuye la obra al inexistente maestro albañil.
9. A.M.B., A512-005.
10. A.M.B., A512-009
11. A.D.B., Libro sacramental 31, Bautizados, p. 159.
12. A.M.B., Padrón de 1859.
13. Lacambra, 1910, t. I, ”Al Gobierno y a las Cortes”, p. 58-59.
14. A.D.B., Libro sacramental 39, Matrimonios, p. 89. Censo de 1890. Gentileza Silvia Montes.
15. Mariano Lacambra es el Escribano y Notario de Barbastro, autor de las notas del libro de Gestis, pues coincide su firma en los protocolos de 1824 y en el libro de Gestis en 1834, ver nota 8. Y, por ello, creo que pudiera ser D. Mariano Lacambra Millaruelo (Barbastro, [1787]-1863), por su edad y por las notas de su matrimonio. Aunque la coincidencia de nombre y primer apellido con su hijo no ayuda mucho a clarificarlo. Me parecía apasionante encontrar un parentesco entre “notarios” y “albañiles”, pero no ha sido posible porque el Notario viene de Fornillos.
16. A.H.P.H., Protocolo 5671. Existen protocolos de este notario desde el año 1813 hasta 1835.
17. A.M.B., Padrón de 1859.
18. A.D.B., Libro sacramental 31, Defunciones, p. 106.
19. Citado por Lascorz 1987, p. 71-72. A.M.B., Legajo 207, testimonios de condena, 1887.
20. A.M.B., A514-035. En esta instancia firma como “Mariano Lacambra y Marín”.
21. A.M.B., Minutero de actas municipales, 1890-1892, A471-005.
22. Ferré Castán, Juan Carlos. “Barbastro a comienzos del siglo XX, La ciudad en la que nació y vivió sus primeros años El Cruzado Aragonés”. El Cruzado Aragonés. Un siglo 1903-2003, Barbastro, 2004, p. 108 y Lacambra, 1910, t. I, folleto ”Al Gobierno y a las Cortes”, p. 59.
23. Lacambra, 1910, t. I, folleto ”Al Gobierno y a las Cortes”, p. 59
24. A.H.P.H., Obras Públicas, expediente 135/8.
25. Memoria histórica de la sociedad anónima Aguas Potables de Barbastro : 1903-2003 / [Enrique Padrós], Barbastro, 2003, p. 18.
26. A.H.P.H., Obras Públicas, expediente 135/9.
27. Escritura de constitución de la sociedad. Gentileza de Dña. Leontina Plana.
28. I.E.A., La Cruz del Sobrarbe, Barbastro, 6-11-1897.
29. A.H.P.H., Obras Públicas, expediente 135/5.
30. I.E.A., La Cruz del Sobrarbe, Barbastro, 26-8-1899.
31. Lacambra, 1910, t. 2, p. 9.
32. I.E.A., La Cruz del Sobrarbe, Barbastro, 11-8-1900.
33. Cheyne, George J. G. Joaquín Costa el gran desconocido, Ariel, Barcelona, 2011, p. 60 y conferencia de D. Juan Carlos Ara, Barbastro, 11-5-2011.
34. Lacambra,1910, t.1, “Sexto y séptimo folleto”, p. 43
35. Lacambra,1910, t.1, ”Al Gobierno y a las Cortes”, p. 48. Costa añade a la carta de respuesta impresa estas líneas.
36. Lacambra,1910, t.1, “Sexto y séptimo folleto”, p. 43.
37. Cheyne, 2011, p. 161.
38. Lacambra,1910, t. 2, p. 148.
39. Lacambra,1910, t. 2, p. 212.
40. Lacambra,1910, t. 2, p. 214.
41. Diputado por Barbastro. Autor del proyecto de la plaza de Toros de Goya de Madrid y de la plaza de Toros de Barbastro (1891).
42. Web http://www.congreso.es, Diputados históricos 1812-1977.
43. Lacambra Marín, Mariano. Campaña política y campaña hidráulica en el Alto y Bajo Aragón por…, Huesca, Tipografía de Blasco, 1910, p. 44. El ejemplar del Instituto Bibliográfico Aragonés, IBA, perteneció a George J.G. Cheyne y lleva su firma.
44. I.E.A., El Diario de Huesca, 2-4-1913.
45. Lacambra, 1910, t. 1, ”Al Gobierno y a las Cortes”, p. 14.
46. Lacambra Marín, Mariano. Proyectos hidráulicos, Consideraciones prácticas entre los dos canales de riego de Barbastro y Sobrarbe por…y breve reseña del pantano de Alquézar. Barbastro, tipografía de Jesús Corrales, 1906, p.17.
47. Agua, ingeniería hidráulica y fotografía en los orígenes de la CHE: Los años decisivos. [exposición], Palacio Sástago, DPZ, Zaragoza, 2008, p. 232.
48. Lacambra, 1910, t.1, ”Al Gobierno y a las Cortes”, p. 13.
49. A.D.P.H., Fototeca, Mariano Lacambra, Barcelona, Imprenta Clavero, 1912, 2r.
50. Bolea Foradada, Juan Antonio. Los riegos de Aragón, Zaragoza, 1986, p. 164.
51. Lacambra, 1910, t. 1, ”Al Gobierno y a las Cortes”, p. 54.
52. George J. G. Cheyne poseyó dos folletos, actualmente depositados en el IBA (ver nota 43).
53. Lacambra 1910, t. 1, ”Al Gobierno y a las Cortes”, p. 9.
54. Lacambra,1910, t. 2, p. 89.
55. Lacambra,1906, p. 28.
56. Lacambra,1912, En este folleto se utilizó la portada.
57. Lacambra,1910, t. 2, p. 170.
58. Archivo histórico de la Oficina Española de Patentes y Marcas. Exp. 52498, 29-2-1912.
59. Gedeón, Madrid, 26-2-1911.
60. I.E.A., Diario de Huesca, 3-12-1906.
61. Lacambra, 1910, t. 2, p. 204.
62. Lacambra, 1910, t. 1, ”Al Gobierno y a las Cortes”, p. 1. No he localizado confirmación.
63. El ABC y La Época del 7-12-1912, publicaban su concesión pero no aparece en la Gaceta de Madrid.
64. I.E.A., Diario de Huesca, 31-5-1909 y 18-10-1909. Charla con Dña. Leontina Plana.
65. Lacambra, 1910, t. 1, ” Al Gobierno y a las Cortes”, p. 40.
66. Lacambra, 1910, t. 1, ” Al Gobierno y a las Cortes”, p. 116.
67. No he podido encontrar ningún artículo en los periódicos de la época sobre su fallecimiento y las únicas referencias a su vida y obras, son los trabajos de Joaquín Coll en la GEA, los dos artículos de Antonio Abarca, uno en El Cruzado Aragonés, 28-4-1978 y otro en Zimbel de abril de 1983, y el artículo de José Noguero en Ro zimbeler, 2011, nº 22.
68. Abarca, op. cit.


Nota final:
Este artículo, junto a otros, aparece en el blog seirapowerplant.blogspot.com para intercambiar ideas, sugerencias y comentarios sobre los errores que, seguro, he cometido. Cualquier colaboración sobre la vida, publicaciones o fotografías de Mariano Lacambra será bienvenida en este correo jacuberog@terra.es.

Lista de agradecimientos (pido perdón a los que, por olvido, no cite):
Antonio Abarca, Enrique Albert, Vicky Alcañiz, Tomás Arcas, Charo Bordes, Luis Borruel, Antonio Buil, Toni Buil, Joaquín Coll, Joaquín Ferrer, Laura Fontova, Santiago Lisa, Francisco Molina, Silvia Montes, José Noguero, Ana Oliva, Jesús Paraiso, Enrique Pascau, Leontina Plana, Ángel Tornés.

Este artículo se publicó en el extra de fiestas de El Cruzado Aragonés de septiembre del 2011. Se han añadido algunas imágenes que no aparecen en el artículo original.


Notas sobre la historia de la Central de Seira (7). Los túneles.

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El próximo año se cumplen cien años del inicio de las obras de Catalana de Gas y Electricidad en el Valle del Ésera, aquel lejano año 1912.
Gracias a la valiosa información que nos transmiten las fotografías que se realizaron en estos trabajos podemos saber, consultando los álbumes de fotografías, que la primera fotografía con fecha es la denominada “R.M. 18” y se toma el día 25 de septiembre de 1912. Las siglas “R.M.” tienen un significado desconocido y son las que agrupan las 48 fotografías de dicha colección. Hay otras colecciones con las siglas siguientes; O.R. [Obras Run] y O.S. [Obras Seira], que secuencialmente permiten seguir las obras y los trabajos en la zona hasta finales del año 1930.
La fecha del inicio, “a fines de agosto de 1912”, nos la indica el ingeniero director de las obras en un escrito suyo. Estos primeros trabajos consisten, entre otros, en la construcción de la central auxiliar número uno en El Run, para atender la demanda de electricidad de las obras. Por otro lado, en Seira, se inicia la construcción de los almacenes, el taller mecánico y la central auxiliar número dos que utiliza el agua de la presa ubicada en el congosto del Ventamillo. El alternador de esta central permite abastecer el consumo de las obras de la central principal y los nuevos edificios de servicios.
En este primer álbum, la fotografía número uno muestra un pequeño puente de nieve y la número dos una cascada sin localizar. La serie continua con los diferentes trabajos y en ellas no faltan los detalles etnológicos. En algunas podemos ver los prados –todavía intactos– con sus montones de hierba. A su lado una hilera de vagonetas espera, en sus vías, las piedras que se amontonan junto a ellas.


Entre otros temas, aparece la ubicación de la presa de Villanova –lugar elegido para desviar las aguas del Ésera– como una línea de piedras, en medio del río, marcando la singular ubicación.

Los túneles en las obras de la Catalana.
Una parte bastante desconocida de las centrales hidroeléctricas son los túneles. Ubicados en el interior de las montañas por los que transitan, la vegetación tapó los vestigios que quedaron tras su construcción y están camuflados perfectamente.
Dichas construcciones son un elemento vital para muchas de las instalaciones, pues permiten llevar las aguas desde la presa hasta la casa de máquinas.
Don Federico Jiménez, director de las obras, es una persona muy poco dada a la escritura de artículos. “Obligado por requerimientos cariñosos y sin otro motivo que el haber intervenido como modesto colaborador, a las órdenes del Ingeniero Jefe don Diego Mayoral”, escribe el artículo titulado “Túneles a presión. Normas de cálculo. Experiencia en los túneles de la Catalana de Gas y Electricidad“. En este trabajo, presentado en la Conferencia Mundial de la Energía que se celebra en Barcelona, en mayo de 1929, los describe y explica brevemente los criterios técnicos que utilizaron para su construcción.
Para unir la presa y la central, los dos ingenieros, descartaron la construcción de un canal a cielo abierto para llevar las aguas, por “su fuerte inclinación” y la “espesa capa de piedras sueltas” y por ello deciden elegir un túnel a presión como conducción. El recorrido de este túnel se hace tras un riguroso estudio, descartando algunos tramos por “lo deleznable del terreno”.


Este túnel de 8.871 metros de longitud se encarga de transportar las aguas del río Ésera desde la presa Villanova hasta la casa de máquinas ubicada en Seira. Compuesto por varios tramos, en su inicio está interrumpido por tres pequeñas secciones descubiertas y, más tarde, su paso por los prados de El Run se realiza de manera artificial por un gran tubo de 300 m. y casi cuatro de diámetro, encajado en una trinchera.
Imaginemos un túnel de mas de ocho kilómetros,…es difícil ya lo sé. Imaginemos, más fácil, que ponemos el túnel de la carretera España-Francia por Bielsa -tres kilómetros- y luego el de Viella –cinco kilómetros-, uno detrás de otro; pues juntos tendrían la longitud de túnel que tiene la central de Seira.



Sacar los escombros, en esta distancia, con los medios de la época, mediante vagonetas tiradas por los propios mineros y por caballerías, al principio, mientras las distancias son cortas puede ser una faena ligera, pero cuando vamos perforando, la distancia al exterior aumenta, complicando este trabajo y endureciéndolo. Para solucionar el problema se parte el recorrido a excavar en tramos y se van haciendo galerías auxiliares, hacia el exterior, para permitir la entrada a la galería principal y optimizar las tareas. Estas galerías auxiliares, terminadas en “ventanales” -por parecer ventanas en los lugares donde se ubican- permiten la extracción de los escombros, la entrada de personas y la instalación de las tuberías del aire comprimido. Los ventanales, en un número cercano a 16 en nuestro caso, tienen una galería con una distancia media de 65 metros, aunque en el número doce se necesitan 123 metros para acceder al túnel principal.


Desde estas galerías se puede acceder a dos extremos y mientras en un lado perforan, en el otro se sacan los escombros. Esta simultaneidad permite que llegue “a perforarse en favorables condiciones 5 metros lineales diarios”.
El proceso de construcción de un túnel es bastante más complicado de lo que, a primera vista, pudiera parecer. Explicaremos, a continuación, las distintas fases de dicho proceso que se ven claramente definidas en las fotografías. Estas operaciones se deben realizar en un orden determinado y la calidad de la roca, la aparición de corrientes de agua y “chimeneas” condicionan las tareas y el desarrollo de las mismas.


Pero, ¿qué son las chimeneas? Las montañas y las rocas de las que están formadas no son homogéneas, y en su interior aparecen grietas que están llenas de otros materiales, normalmente de inferior calidad, que al perforarlas se desploman. Por ello, cuando aparece una de estas “chimeneas” se debe taponar ”mediante materiales en seco bien atacados y arena” para impedir su desmoronamiento. Un minero debía subir por su interior y rellenarla…
Pero sigamos “picando”. La “galería de avance” o ataque es el primer “agujero” que se debe hacer. Ubicada en la parte alta de lo que constituirá la galería, se abre un agujero de 2 x 2 metros. Se inicia la perforación, atacando por los dos lados simultáneamente, para encontrarse –calado– y conectar las excavaciones. Dichos trabajos atraviesan variados tipos de roca y se tiene que entibar –apuntalar con maderos– en las zonas donde es muy mala. Sacando por partes el entibado se instala la cimbra –pesado molde de madera en forma de media circunferencia- que permite una vez colocada, el revestimiento de piedras o ladrillos, según la constitución de la roca, quedando la media galería superior terminada. Una vez completado este recubrimiento y seco, se pica a sus pies para poder apearlo –sujetarlo con maderas- para evitar el hundimiento y permitir la “destroza” que es el ensanche de la galería a su medida definitiva. El apeo se va sustituyendo por piedras, sacando los maderos, y dejando la galería prácticamente terminada. El recubrimiento del suelo de la galería, junto con los drenajes de la misma, para conducir las filtraciones laterales, completa el proceso.


Las excavaciones se realizan mediante martillos de aire comprimido. Los picadores tiene un ayudante para poder maniobrar las pesadas herramientas y disponen como elemento de seguridad, tal como vemos en la fotografía, de boina, abarcas y un pitillo. La cara tiznada, como señal del gremio, identifica a todos. Muchos de ellos son jóvenes que miran al fotógrafo sorprendidos de la visita y de la intensa luz que brevemente los ilumina, acostumbrados a la luz de los carbureros, como única iluminación en las galerías.
Se instalan varias estaciones de compresores para suministrar, mediante tubos, el aire a los mineros. Una de ellas está en el sendero que pasa por encima del Congosto del Ventamillo, junto al Ésera. Más abajo, un puente de “tijera” –en la curva ancha– permite el paso hacia una pequeña fragua, situada en “la cueva de San Pedro” donde se “llucián” –afilan– los punteros de los martillos. Los agujeros estratégicamente realizados permiten, mediante la dinamita, romper la roca. El uso de esta última provoca accidentes, algunos de ellos mortales.
Los mineros que realizaron estos trabajos merecen, como no podía ser de otra manera, todo nuestro respeto y homenaje por la entrega y entereza que demostraron en la realización de unos trabajos que aún hoy, con los medios existentes, nos sorprenden por la perfección de su acabado y ejecución. Sirva como ejemplo las nivelaciones realizadas, en los cerca de 9 kilómetros que separan la presa de Villanova de la cámara de agua, el error es prácticamente nulo. En reposo, comienza a saltar simultáneamente el agua en los dos extremos.


Catalana de Gas y Electricidad y el centenario del inicio de las obras en el valle del Ésera.
Como citábamos al comienzo, el próximo año tendrá lugar el centenario de “La Catalana” y por tal motivo se están organizando desde varias instituciones una serie de actividades para celebrarlo. En la próxima revista daremos noticia de los eventos que se programen.

José Antonio Cubero Guardiola

Este artículo se publicó en el número 8 de la revista "Els tres llugaróns", Abi, Seira y Barbaruens, editada por las asociaciones culturales de dichos pueblos en el invierno de 2011.

La electricidad en Castillazuelo, apuntes sobre su historia.

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Lineas de Mariano Lorenz,1912, AHPH obras publicas 148-55


A principio del siglo XX la situación del Somontano, como del resto de España, no era demasiado halagüeña. La resaca nacional, y el endeudamiento, que provocó la guerra de Cuba, unida a la sequía que asola los campos y la filoxera –venida de Francia–, completan el triste cuadro. La población desesperada debe emigrar y los trabajos, muchas veces iniciados para evitar disturbios, son escasos.
El río Vero, vertebrador del Somontano, lleva desde tiempos remotos moviendo molinos, batanes e ingenios y regando sus ricas huertas. Ya a “principios del siglo XII” (1) están documentados estos usos. Las fuertes avenidas del río Vero obligan a constantes reparaciones de los azudes y en 1606, por ejemplo, se trabaja en el azud de la acequia del molino de Castillazuelo, también llamada de San Marcos (2). Bien entrado el siglo XVIII se pretende hacer un pantano en Alquezar para regar “100 [jornales] en Castillazuelo” (3), entre otros, y aquella idea –como demasiadas veces- no llega a salir del papel.
España, por su carencia de carbón, entre otras razones, tiene una primera industrialización que pasa sin pena ni gloria. Pero ahora la segunda comienza a cambiar los métodos productivos y la electricidad es la estrella de este cambio.

Firma de Mariano Lorenz, 1931, AHPH obras publicas 190-221


En Barbastro la empresa “Hijos de Palá”, desde el molino de Enate, y Pablo Sánchez, a partir del “antiguo molino llamado de Fonz”, son los primeros en utilizar el “fluido eléctrico” en la zona al instalar el alumbrado eléctrico en 1891. Las líneas de alta tensión lo transportan hasta un transformador situado en las cercanías de la ciudad (4).
Más cerca, en Huerta de Vero, Mariano Lorenz Buera, labrador, nacido sobre 1867, está pensando en ampliar su negocio. En 1900 vive en la calle la Iglesia número 29. Sabe leer y escribir. Su hermano Manuel, tres años mayor, es el Alcalde. Mariano, en mayo de 1911, ya tiene el proyecto que el ingeniero industrial José Maluquer le ha diseñado para llevar la “luz eléctrica” a su pueblo, Huerta de Vero, y a los vecinos de Azara, Azlor, Castillazuelo, Peraltilla, Pozán, y el Monasterio de Nuestra Señora del Pueyo. Su ambicioso proyecto tiene un presupuesto de 25.850 pesetas (5).
Mariano aprovecha la fuerza de la turbina, de 40 caballos, del molino harinero de su propiedad, para mover un alternador de 30 kilovatios (5). La corriente alterna obtenida es elevada por un transformador hasta los 3.000 voltios para su distribución mediante líneas trifásicas (de tres conductores) para reducir las pérdidas. El transformador de Castillazuelo –para todo el pueblo- tiene 4 kilovatios. La línea del Pueyo se quedará en el tintero.
El 12 de octubre de 1912 una Real Orden le otorga a Mariano la concesión solicitada y a los pocos días inicia las obras. No tenemos constancia exacta de cuando “llega la electricidad” a Castillazuelo, pero si sabemos que ese mismo año, los carruajes que vienen de Barbastro circulan todavía por un camino vecinal. Antonio Aura Boronat -el diputado “cunero”* por Barbastro- (6) lleva desde el “Plan de estudios extraordinario” aprobado “por Real Orden” en 1891, “luchando” por la carretera que “partiendo de la de Siétamo a Boltaña” (7) enlace Castillazuelo con Barbastro.
Para construir la línea eléctrica, a su paso por el término de Castillazuelo, se debe atravesar las propiedades de Mariano Almagro, Agustín Sampietro, Francisco Naya, Mariano B., Vicente Estraña y José Domper. De dos propiedades, el proyecto, cita solamente sus nombres; “José” y “Mariano” antes de llegar a las tierras de Vicente Castán, Prisco Samper y Joaquín Rondán.
Más lejos, en Seira, ese mismo año, se inician las obras de Catalana de Gas y Electricidad en el río Ésera. Y es que todos los “actores” de las “eléctricas” están relacionados, de una u otra manera.

Membrete de carta de RFC, AHPH obras publicas 215-317


Es en 1914 cuando un ambicioso abogado, cunero también, se presenta como diputado por Boltaña. Nacido en el ribagorzano pueblo de Forcat, Celso Joaniquet Pons -que es como se llama- no obtiene la esperada victoria de su candidatura. El “iluso Joaniquet, aspirante perpetuo a la diputación a Cortes” (9) está constantemente en la pluma de los liberales del Diario de Huesca. Sus rivales no le tienen demasiada estima y le dedican todo un periódico para criticarlo. Esta publicación titulada “El Desinfector” (8) está dedicada, propaganda incluida, a su persona. Pero él no es menos y también tiene su propia publicación “El Heraldo de la juventud” –de la que no he visto ningún ejemplar, por cierto-.
Vinculado por interesantísimas razones e historias al mundo de la hidroelectricidad, compra el molino de El Grado y su “concesión para transporte de energía eléctrica” a D. Jorge Sichar (10), según nos cuenta él mismo en una instancia. Y desde este molino comienza a extender redes a 3.000 voltios a los pueblos de los alrededores.
Celso Joaniquet es el propietario de “Riegos y Fuerzas del Cinca” -ambicioso nombre inspirado en Riegos y Fuerzas del Ebro-. Riegos es la empresa que gestiona el molino de El Grado y da servicio de alumbrado a Bolturina, Secastilla, Artasona, por un lado, y Naval, Coscujuela de Fantova, Costean y Cregenzan por el otro. Desde Madrid, donde tiene su bufete, preside la empresa “Fuerzas eléctricas del Ara” para dar servicio de “alumbrado y fuerza” en la zona de Boltaña. Sus tarifas son muy caras y el año 1923 cobra 3,90 pesetas por UNA bombilla (de 16 bujías) al mes (11).
En 1929, los vecinos de Pozán denuncian el mal estado de la línea del pueblo. En estos años las instalaciones y su mantenimiento son muy precarios y los cables están muy cerca del suelo con el consiguiente peligro “para personas y caballerías” y también para las labores del campo -como por ejemplo coger las olivas- por el peligro de tocar con cañas, palos o incluso con el cuerpo al subirse a un árbol.
Es también en 1929 cuando Celso Joaniquet pretende dar el salto hacia Castillazuelo e intentar llegar con una línea al Monasterio del Pueyo, entre otros lugares (el transformador que hay al lado de ro Torno de Castillazuelo tenía pintado, hasta hace poco, el nombre de Celso Joaniquet)(12). Las líneas de su proyecto pasan por pueblos donde ya existe el alumbrado, como Salas Bajas, que tiene “17 lámparas fijas destinadas al alumbrado público” por las que paga -por cada una- 1,25 pesetas a la “Sociedad Electra del Vero” (13).

Bonita caligrafía de un proyecto, AHPH obras publicas 190-221


Mariano Lorenz cambia el nombre a su empresa y pasa a llamarse “Electra Lorenz”. En 1931 inicia los trámites para dar servicio a Buera (14). El alumbrado para los particulares es muy caro –pero menos que Joaniquet- y por UNA bombilla (de 16 bujías) cobra, al mes, 2,50 pesetas. Este precio obliga a aprovechar el único punto de luz y para ello se hacen esos huecos, encima de las puertas, que se ven en algunas casas antiguas, para iluminar a los dos lados.
Es en junio del 1936 cuando Joaniquet intenta unir, mediante una línea, el molino de El Grado con el del molino de Enate (15). Comienza la guerra civil y su proyecto se queda estancado hasta que termina la contienda.

Membrete de carta de Hidroeléctrica de Huerto, AHPH obras publicas 215-314


La guerra lo destroza todo –incluidas las notarías- y allí se pierde la escritura de la venta, que en 1935, hace Mariano Lorenz junto a su hermano Manuel, de sus derechos y la propiedad de las instalaciones y líneas a Felix Lalanne. Electra Lorenz cambiará su denominación a “Hidroeléctrica de Huerta de Vero”.

Lineas de Celso Joaniquet, 1936, AHPH obras publicas 215-317

La empresa de Joaniquet “no es demasiado escrupulosa” con la normativa y no le conceden el permiso de explotación de las líneas que proyectó instalar en 1929. Pero él las ha instalado, las explota y después de numerosos requerimientos pasará la revisión el año 1942.

Castillazuelo el año 1941, AHPH obras publicas 215-314


En los años cincuenta, Eléctricas Reunidas de Zaragoza está en expansión. ERZ controla a Hidroeléctrica de Huesca (16) y también ha comprado Eléctrica de San Vicente Ferrer -en Graus- y otras pequeñas eléctricas para poder quedarse con su distribución. En 1962 Hidroeléctrica de Huesca instala desde la red de ERZ, en Pertusa, una línea para abastecer las obras que AUXINI va a realizar para construir la presa del Grado y el canal del Cinca. Sus líneas pasan junto aquellas que instaló Mariano y Joaniquet, y, poco a poco, las sustituirán. Por otro lado Cooperativa –su competidora en la zona- extiende también sus redes y más tarde Hidroeléctrica de Cataluña se encargará de ellas. Pero al margen de grandes líneas y de poderosas empresas que han cambiado la forma de vender electricidad, las pequeñas centrales -que alumbraron pueblos como Castillazuelo- se paran, una tras otra, para siempre…

Epílogo
Tristes molinos abandonados observan como las aguas de acequias y ríos pasan a su lado sin mover sus ruedas. Un afortunado día vieron llegar “la luz eléctrica” y su agonía se prolongó durante unos breves años. Ahora algunos muestran sus piezas relucientes tras su restauración, pero muchos desfallecieron en el camino; hundido su techo y enterrada su maquinaria –que tantos esfuerzos evitó a sus vecinos- sin que nadie los recuerde. Gracias a ellos la “luz” llegó a muchas pequeñas poblaciones como Castillazuelo; ahora –genética ingratitud aragonesa- “descansan en paz”.

José Antonio Cubero Guardiola

Notas:
(1) (Naval, 1996: 217).
(2) (Blázquez, 1999: 406)
(3) (López, 1861,v.2: 157).
(4) (Cubero, 2011: 8).
(5) AHPH (Archivo histórico provincial de Huesca), Obras públicas 148/55.
(6) www.congreso.es [en linea], “Diputados históricos 1812-1977”. Antonio Aura Boronat, natural de Alcoy, Alicante, fue diputado las legislaturas de 1910-1911 y 1911-1914, por Barbastro, entre otras.
(7) “Obra importante”, Diario de Huesca, 6-10-1902, p. 3.
(8) (Martínez, 1998: 135-147)
(9) “De la lucha electoral. Por los puestos, no por las ideas”, Diario de Huesca, 9-3-1915, p. 1.
(10) AHPH, Obras públicas 173/145.
(11) AHPH, Obras públicas 148/55.
(12) Estuvimos, con Pepe Noguero, intentando encontrar el nombre en la antigua caseta de transformación y no pudimos verlo, aunque su padre lo recordaba.
(13) AHPH, Obras públicas 197/242.
(14) AHPH, Obras públicas 190/221
(15) AHPH, Obras públicas 215/317.
(16) (Germán, 1990: 109)

Aclaraciones:
Cunero: Dicc. R.A.E.; “Aplicase al candidato o diputado a Cortes extraño al distrito y patrocinado por el gobierno”.

Bibliografía:
Blázquez Herrero, Carlos y Pallaruelo Campo, Severino (1999), Maestros del agua, Zaragoza, DGA.
Cubero Guardiola, José Antonio (2011), “Mariano Lacambra, un polifacético barbastrense”, El Cruzado Aragonés, Extra de Fiestas 2011, p. 7-14.
Germán Zubero, Luid (Ed.) (1990), ERZ (1910-1990) El desarrollo del sector eléctrico en Aragón, Zaragoza, IFC.
López Novoa, Saturnino (1861), Historia de la muy noble y muy leal Ciudad de Barbastro, Barcelona, Pedro Riera.
Martínez, Bizén d’o (1998), “El Desinfector”, Revista del Centro de Estudios de Sobrarbe, nº5, p. 135-147.
Naval Mas, Antonio (1996), Construcciones para la historia del Somontano en el Alto Aragón, Huesca. Cremallo Edición,
[Padrós, Enrique] (2003), Memoria histórica de la sociedad anónima Aguas Potables de Barbastro : 1903-2003 / Barbastro, p. 24.

Archivos:
Archivo Histórico Provincial de Huesca, Obras públicas.

Agradecimientos:
Silvia Montes y Pepe Noguero.

Este artículo fue publicado en la revista "Ro Zimbeler" de Castillazuelo, en el número 24, en enero del año 2012. (Algunas de las imágenes de este post no aparecieron en la publicación).

Electricidad y riegos en el Alto Aragón: obras y gentes

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Electricidad y riegos en el Alto Aragón: obras y gentes es el título de la presentación que, durante una hora aproximadamente, desarrolló brevemente la historia de los riegos y la generación de la electricidad en el Alto Aragón, haciendo hincapié en el Somontano de Barbastro. El lugar más importante fue para los trabajadores de dichas obras -verdaderos protagonistas de las mismas- y, especialmente, para Joaquín Costa Martínez y Mariano Lacambra Marín, luchadores incansables por el progreso de nuestra tierra.
Ayudado por una presentación –de la que adjunto una pequeña muestra de las 67 diapositivas de las que constaba– tuvo lugar en el salón social de los antiguos sindicatos de Castillazuelo a las cinco de la tarde.
Desde aquí expresar mi agradecimiento por su invitación para compartir estas historias con ellos.


La aventura hidroeléctrica en el valle del Ésera (1912-2012)

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La sociedad Catalana de Gas y Electricidad, de Barcelona, inicia en agosto de 1912 las obras del "Salto del Run". Allí vienen trabajadores de todos los lugares de España y del extranjero. La mayoría son de los valles próximos y muchos de ellos se han trasladado de unas obras a otras. Las del Canal de Aragón y Cataluña, se han iniciado casi con el siglo,  continuando algunos con las del Pantano de la Peña, cuyos trabajos están finalizando. 

Los cambio en el valle se han iniciado con la apertura de la carretera de Campo a El Run que ha  permitido el acceso de "vehiculos de ruedas" al valle superior del Ésera. Estos trabajos también han congregado a numerosos obreros, subidos a las peñas del Congosto de Ventamillo -la carretera más cara de Europa según algunos textos-, trabajando, atados con cuerdas, en las paredes cortadas a pico.

Poder llegar en coche hasta las puertas de Benasque ha supuesto la apertura del valle a los modernos medios de transporte y, también, un poco más tarde la llegada de los ingenieros y obreros a las obras de "La Catalana".

Durante toda la década, hasta bien entrada la siguiente, se desarrollan las obras en los saltos de El Run, Puente Argoné y Campo.  Las numerosas fotografías que realiza la sociedad hoy nos sirven como magnífico medio e hilo conductor para poder contar la historia de esa época y, especialmente, homenajear a todas esas personas que participaron en la realización de estos trabajos.

Desde el 3 de agosto hasta el 16 de septiembre, en Benasque, en el Palacio de los Condes de Ribagorza, se podrán ver un centenar de fotografías, piezas históricas y documentos, que ilustran, de manera magnífica, toda esta historia.

Turbina Pelton (Fondo Histórico Fundación Endesa)

Las Jornadas sobre el Patrimonio Industrial.
En septiembre, los días 8 y 9,  coincidiendo con la exposición, se celebrarán unas Jornadas sobre el Patrimonio Industrial, donde importantes especialistas sobre el tema, nos hablarán de la importancia de dichas obras, su historia y su repercusión en la economía española, entre otros interesantes asuntos.

Programa de las conferencias:

La Memoria de la luz en el Fondo Histórico de Endesapor D. José Antonio Gutiérrez Pérez, director general de la Fundación Endesa.

El aprovechamiento hidroeléctrico de los ríos del Pirineo Aragonés, un patrimonio industrial y cultural a conservar  por el D. Francisco Galán Soraluce, Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos. Ingeniero de obras civiles, Acciona Energía.

Catalana de Gas y Electricidad y la Central de Seira por D. Pedro-A. Fábregas Vidal, director general de la Fundación Gas Natural Fenosa.

Los archivos fotográficos del mNACTEC en el proceso de electrificación del Pirineo: el fondo Catalana de Gas y Electricidad, por D. Jaume Perarnau i Llorens, Jefe de conservación del mNACTEC.

La contribución de los ríos aragoneses a la revolución industrial españolapor D. José Ramón Marcuello Calvín, periodista y escritor.

El paisaje de la electricidad en Aragón y su valor patrimonialpor Dña. Pilar Biel Ibáñez, profesora titular de Historia del Arte, Facultad de Filosofía y Letras. Universidad de Zaragoza.
Las visitas a la central de Seira.
Las visitas  guiadas a la central hidroeléctrica de Seira, que complementan a la exposición, permiten conocer donde están instalados los elementos que se muestran en la exposición de Benasque y, también, el funcionamiento de una central hidráulica.
Esta visita es gratuita, pero requiere reserva. El tiempo estimado de la misma es de una hora y media.El Museo de la Electricidad, en los bajos del Ayuntamiento de Seira, servirá de punto de encuentro y de inicio del recorrido.
Contacto y reservas:
Oficina de turismo de Benasque. Teléfono 974 55 12 89.

Un blog nos mantendrá informados sobre la evolución y desarrollo de estos eventos. Y un correo nos permitirá solucionar cualquier duda o consulta sobre el tema.

centenariocge.blogspot.com
centenariocge@gmail.com



Notas sobre la historia de la central de Seira (8). La dinamita.

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Un nuevo explosivo llamado dinamita.
En 1867 el sueco Alfred Nobel patenta un nuevo explosivo al que denomina dinamita. Este compuesto incrementa la estabilidad de la nitroglicerina al añadirle un material sólido poroso que la absorbe, evitando los riesgos de su manipulación. Rápidamente se implanta su uso en las minas y obras públicas.
Se comienza a fabricar la dinamita en España, bajo patente Nobel, en Galdácano (Bilbao) y en Trafaria, cerca de Lisboa, por la Sociedad Anónima Española de dinamita. Ésta oferta en su catálogo goma explosiva del número uno a 5,10 pesetas el kilo y del número dos a 4 pesetas. También, más barata, ofrece dinamita del número uno a 3,70 pesetas el kilo y del tres a 2,10 pesetas. El explosivo se empaqueta en cajas de madera de 25 kilos. También comercializan cápsulas sencillas, dobles, triples y cuádruples, en cajas de a cien, para su detonación. 


En 1897 todavía podemos encontrar varias empresas que suministran este tipo de materiales, como la Sociedad Anónima Vasco-Andaluza-Asturiana que lo fabrica en Bonanza (Cádiz) o la Davey, Bickford, Smith y Cia. fabricante que los comercializa desde Bilbao. Pero éste año el negocio cambia sus condiciones de venta cuando el gobierno español firma un contrato para 20 años con la Unión Española de Explosivos, la por entonces propietaria de la fábrica de Galdácano, y obtiene el monopolio de la fabricación y venta exclusiva de los explosivos en España e islas adyacentes.


Al margen de cuestiones comerciales, la dinamita no es la panacea pues se congela fácilmente. Cuando la temperatura baja de los 8º C comienza a separarse la nitroglicerina del absorbente, rezumando el peligroso compuesto. Ésta queda en parte libre y constituye un peligro tanto más grave por cuanto, por creerlo remoto, no se manejan estos explosivos con igual precaución que la nitroglicerina pura. Este fenómeno produce multitud de accidentes pues se debe calentar y no todos siguen las instrucciones del fabricante. Éste indica que se haga al baño maría y prohíbe explícitamente ponerla cerca del fuego para descongelarla.
En cualquier caso no es recomendable su utilización cuando está helada pues al introducirla en los agujeros, debe apretarse mediante un retacador y puede producirse la activación de la nitroglicerina que pudiera tener separada del absorbente y por los golpes provocar su detonación de manera intempestiva.
La dinamita, en condiciones normales, para su activación necesita un fulminante. Éste se pone mediante un alicate especial en el extremo de la mecha, aunque la mayoría de los dinamiteros lo apretan con sus propios dientes. Estos pistones para detonarla cuestan, en 1914, cinco céntimos de peseta cada uno y la mecha a 4 céntimos el metro. Los cartuchos del explosivo se fabrican en varias calidades utilizando en los túneles la de tercera categoría, que tiene un precio de 30 céntimos por unidad de 100 gramos.


Unos mineros colocan los  cartuchos de dinamita en una estroza del túnel 3.
 Villanova. 1916
(Gentileza de la Fundación Endesa)

La llegada y el transporte del explosivo.

Por la posibilidad de utilizar el transporte férreo, la estación de tren de Barbastro es el centro neurálgico donde llegan todos los materiales que se utilizan en las obras del Ésera. También llegan por este medio algunos vagones repletos de cajas de dinamita según nos cuenta alarmado un columnista de El Cruzado Aragonés:

"Existe preocupación en el vecindario con motivo del tránsito por sus calles del tren que para su servicio tiene la Compañía de Gas y Electricidad (sic), y que con frecuencia transporta utensilios descargados en esta estación para la mencionada Compañía.
El temor existente, es por la duda de si las alcantarillas de nuestras calles tendrán la solidez necesaria para soportar el peso de la máquina, vagones y carga de que dicho tren se compone, y también por las grandes cantidades de dinamita de que aquella Compañía hace acopio, asegurándose pasar de seis vagones la que en esta estación se ha descargado en poco tiempo.
Pedimos encarecidamente, que para la tranquilidad pública, tome el Ayuntamiento las medidas necesarias, asesorándose de si tales peligros existen, y en caso afirmativo, determinar lo que sea conveniente para evitar desgracias."

Afortunadamente no ocurre ningún percance en el transporte de la importante cantidad de explosivo utilizado, que una vez en Seira se guarda en un polvorín que se ha excavado, en forma de cueva artificial, en la roca próxima a la central, junto a la cantera.
No es el primer lugar de la Ribagorza en utilizar el novedoso explosivo y ya se hacía eco El Ribagorzano años atrás, por las consecuencias que el explosivo tiene…sobre las truchas del Ésera: que contiene muy pocas en la actualidad por efecto de la dinamita que con las obras del Canal [de Aragón y Cataluña] y de la carretera a la Frontera se ha usado desde hace años.



Efectos de la onda expansiva de una explosión de dinamita en la Plana Tomás.
Seira. 1916.
 (Gentileza de la Fundación Endesa)

Los accidentes en las obras de la Catalana por la dinamita.
En el transporte no se conoce ningún accidente con el explosivo, pero no hay tanta suerte  con los accidentes en el uso diario en las obras. La aparente estabilidad de la dinamita y los problemas antes citados, propician una manipulación despreocupada de sus instaladores, que se traduce en multitud de accidentes y un gran numero de heridos y muertos.
La mayor parte del explosivo se emplea en túneles y canteras aunque también, en pequeñas cantidades, se usa para partir algunos “bolos” de granito que aparecen en el lecho del río al hincar los cajones. La dureza de las rocas obliga a utilizar pequeñas cargas que se hacen explotar en el interior de los mismos con los consiguientes problemas y riesgos. Los citados cajones servirán de cimientos para la presa y ya hablamos de su interesante y peligroso sistema de trabajo en un artículo anterior.
Infortunadamente, tal como se presagiaba, el día 16 de julio de 1914, en el ventanal 15,  les explota un barreno a Felipe, un capataz de Ontiñena y a Ramón, un pinche de 16 años, natural de El Grado, falleciendo ambos. Joaquín, de Alcolea de Cinca, que estaba con ellos, ha resultado herido leve.


Un incidente causa daños en la boca del túnel 3.
Villanova. 1916.
(Gentileza de la Fundación Endesa).

 Tras este accidente se producirán otros, aunque quizás el más grave de todos, se produce por una manipulación incorrecta, en marzo de 1916, de un  experimentado capataz llamado Manuel, en la mina “Plana Tomás”. Allí estaba deshelando unos cartuchos de dinamita en una hoguera, cuando le explotaron de manera imprevista y, con ellos, los sesenta que tenía a su lado. El infortunado, de cuarenta años y natural de Albelda, recibe de tan horrible manera los efectos de la explosión, que su cuerpo es destrozado horrorosamente, encontrándose después a trozos.
No son estos accidentes los únicos que ocurren en nuestra provincia manipulando explosivos, pues es habitual leer en los periódicos que en otras obras coetáneas, como las del túnel de Canfranc, tienen similares incidentes. Pero sin lugar a dudas el accidente más grave se produce en noviembre de 1913, en las obras de Riegos y Fuerzas del Ebro en Talarn, donde explotan cuarenta toneladas de dinamita, provocando una catástrofe. 
Los daños provocados por la explosión son rápidamente reparados.
Villanova. 1916.
(Gentileza de la Fundación Endesa).

Incidentes por la onda expansiva.

Pero junto a estos graves accidentes con pérdidas humanas y heridos tienen lugar muchos incidentes, que por no provocar bajas o heridos, pasan desapercibidos y, como mucho, son objeto de estadísticas. Los incidentes son accidentes en los que no se han producido daños humanos, pero si materiales. Un ejemplo de éstos lo tenemos en los provocados por la onda expansiva de las explosiones en el interior de los túneles que destrozan las instalaciones y construcciones que se encuentran fuera de las mismas. Las líneas eléctricas, transformadores y compresores que se emplean para suministrar el aire comprimido para los martillos picadores, ubicadas en el exterior de las galerías, sufren, junto a las construcciones de los alrededores, el impacto brutal de la onda expansiva. Las fotografías que acompañan este artículo nos permiten ver el estado de las instalaciones tras algunos de estos incidentes.

José Antonio Cubero Guardiola

Este artículo se publicó en el número 9 de la revista "Els tres llugaróns", Abi, Seira y Barbaruens, editada por las asociaciones culturales de dichos pueblos en el verano de 2012.

Agradecer la gentileza del Fondo Histórico de la Fundación Endesa que ha facilitado las fotografías de este artículo.
http://www.fundacionendesa.org/listado_fondo_historico

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